Chaitanya-charana Dasa

La mayoría de las personas se equivoca al pensar que cuando se adora a la Deidad sólo se veneran piedras muertas con formas imaginarias. Hemos de comprender la verdadera ciencia que hay por detrás.

A continuación, sigue un pasaje del libro Idol Worship or Ideal Worship, de Chaitanya-charana Dasa, que consiste en una conversación sobre los aspectos lógicos, filosóficos, escriturales y sociológicos de la adoración a la Deidad, entre dos personalidades no históricas, el profesor Sanatana Swami y el buscador Rahul Vaidya.

Sanatana Swami: Adorar a la Deidad es un método poderoso y práctico para obtener una experiencia sensorial del Divino.

Rahul Vaidya: ¿Experiencia sensorial del Divino? ¿Qué significa eso?

Sri Sri Radha-Shyamasundara en New Jersey, Estados Unidos.

Sanatana Swami: Por lo general, los sentidos nos arrastran lejos del Divino y, entre los sentidos más poderosos se encuentran los ojos, que ansían ver formas seductoras. A la mayoría de las personas les resulta extremamente difícil, o casi imposible, resistir esa atracción sensorial. Sin embargo, resistir al impulso de dirigirse a lo material es esencial para poder acercarse más a Dios, que reside en el plano no-material, o espiritual.

Por eso, en todas las religiones se impone la restricción de los sentidos indisciplinados. Adorar a la Deidad es un método extraordinariamente poderoso y fácil para ayudarnos a seguir ese mandato universal. La adoración a la Deidad brinda un canal espiritual para los sentidos. Sin una Deidad que adorar, el apetito de los ojos por la belleza moriría de hambre. Entretanto, al adorar a la Deidad podemos satisfacer este apetito, dejando que la visión se dé un banquete con la bella forma de la Deidad. Además, los devotos pueden expresar su amor por Dios ofreciéndole lo mejor que esté a su alcance: vestidos hermosos y decoraciones magníficas. El Señor no necesita estas cosas; somos nosotros los que nos beneficiamos al ofrecerle ropas y ornamentos, porque estas ofrendas devocionales reducen nuestra propia pasión por tener objetos para nuestro propio placer. La belleza del Señor no depende de lo que le ofrezcamos – el Señor es el ornamento de todos los ornamentos –, pero nuestros ojos pueden apreciar más aún Su belleza cuando Él está vestido y decorado artísticamente.

Srila Bhaktivinoda Thakura explica por qué es necesario adorar a la Deidad:

Cuando las personas espiritualmente neófitas se inspiran de alguna forma a acercarse al Señor Supremo, si no encuentran una Deidad que Lo represente, se pueden desanimar o desconsolar. Las religiones que no adoran a la Deidad, enfrentan el peligro de que los niños que han nacido en esa religión y las personas que están comenzando su vida espiritual – ambos pueden entender poco o nada sobre la fe en Dios – puedan convertirse en materialistas, o incluso sentir aversión por el Señor Supremo, al no tener una forma de Deidad en la que poder fijar su mente. Por lo tanto, adorar a la Deidad es un fundamento de la religión para la humanidad en general.

Rahul Vaidya: ¿Por qué la falta de adoración a la Deidad produciría aversión por Dios?

Sanatana Swami: Para poder acercarnos a Dios, hemos de desistir de nuestros deseos sensuales egoístas. Abandonar esos deseos es doloroso, al menos al principio, porque sentimos que se nos está privando nuestro placer legítimo. Sin métodos de prácticas espirituales, como la adoración a la Deidad, la felicidad espiritual se concibe, en gran medida, como un concepto abstracto y que no se experimenta. Entonces, a veces, las personas tienden a pensar que Dios existe simplemente para torturarlas, exigiendo que nieguen sus sentidos, y como consecuencia, sienten rechazo hacia Él.

Krishna-Balarama en Vrindavana, India.

De hecho, podemos ver ese rechazo evidente en el incremento del ateísmo militante de Occidente, donde los autoproclamados ateos imaginan que la religión es “la fuente de todo el mal” y defienden slogans pervertidos como: “Para que la humanidad pueda vivir, la religión debe morir”. Semejantes ateos quieren erradicar a Dios del panorama religioso cultural e intelectual de la sociedad.

Matiné de ídolos – Culto a la estrellas fugaces

Bhaktivinoda Thakura pronosticó otra consecuencia de rechazar la adoración a la Deidad: el aumento de la manifestación del materialismo. Eso es algo que podemos ver en todo el mundo, y es mucho mayor que el fundamentalismo ateo. Han convencido a las personas para que rechacen a la Deidad, considerándola material, pero como se sienten naturalmente atraídas por las formas, acaban idolatrando formar materiales como si fueran especiales. Las personas se apasionan por las estrellas del cine, la música y los artistas en general, hasta un límite que raya lo ridículo. Los cuerpos de esas estrellas son tan materiales como los nuestros; sus cuerpos expelen suciedad, se arrugan con la edad y acaban deformados en pocos años y, entonces, mueren. Aun así, las personas adoran los cuerpos de los artistas como si fueran sagrados; los admiradores veneran pedazos de ropa de sus actores favoritos, llenan sus casas con fotos de sus ídolos de deporte, y constantemente piensan y sueñan en conocerlos.

Para el ojo espiritualmente astuto, esto no es nada más que una versión pervertida de la adoración a la Deidad. En lugar de adorar al Dios verdadero, que tiene una forma eternamente joven y atractiva, y experimentar la bendición eterna, las personas adoran dioses falsos, artistas físicamente atractivos y atletas destacados que pueden ofrecerles apenas excitación sensorial temporal y, muchas veces, ni siquiera eso. Esa forma de idolatría es tan frenética en nuestra cultura, que se incluyó en el diccionario: la palabra ídolo ahora se define como una “figura o imagen que representa a un ser sobrenatural y al que se adora y se rinde culto”, y “persona o cosa por la que se siente un amor o admiración excesivos”.

Las personas también pierden la inteligencia cuando creen que ciertas formas les darán placer sexual y se apasionan por ellas. De esa forma, la “idolatría” de los cuerpos del sexo opuesto o del mismo sexo, se ha extendido incluso más que la adoración a las estrellas de cine, novela y otras artes. La consecuencia de esa pasión es la obsesión por el propio cuerpo – con la forma de vestirse, decorarse, perfumarse o embellecerse. Las personas viven y mueren con la esperanza de hacer que sus cuerpos sean sexualmente atractivos, y de esa forma poder competir en el mercado sexual. Si las personas tuvieran la oportunidad de dirigir sus deseos hacia la Deidad, se librarían de su pasión enferma por las cosas temporales.

Rahul Vaidya: Nunca se me ocurrió que la falta de adoración a la Deidad en nuestra cultura tuviera tantas ramificaciones muy serias y amplias.

Sanatana Swami (en un tono grave): Las ramificaciones van aún más lejos. Irónicamente, el aumento del hedonismo – podemos llamarlo “fundamentalismo materialista” – viene acompañado de un aumento del fundamentalismo religioso, porque se alimentan mutuamente. Las religiones fundamentalistas se sienten alarmadas por la rápida propagación del materialismo desenfrenado, que compromete sus valores tradicionales, y entonces reaccionan imponiendo doctrinas religiosas, incluyendo, infelizmente, todo el rigor de las doctrinas en contra de la adoración a la Deidad. Esos fundamentalistas exigen que todos estén de acuerdo con su estilo particular de rituales, y juzgan y amenazan a todos aquellos que no lo hacen – “enemigos”, “herejes”, “agentes de Satanás” –, los cuales sólo merecen el terror o la muerte.

Dios a través de la materia

Sanatana Swami prosigue: Desde una perspectiva espiritual, tanto el fundamentalismo material cuanto el fundamentalismo religioso, aparecen de la misma manera: se derivan de la incapacidad de experimentar la felicidad espiritual. Los fundamentalistas materialistas responden a esa incapacidad diciendo que todas las religiones son una farsa, y que no existe nada más aparte de la materia. Confrontados por ese ataque materialista, los fundamentalistas religiosos quieren desesperadamente preservar su fe en un mundo más allá del material. No obstante, como ellos consideran que la materia es profana y no son lo suficientemente avanzados espiritualmente para experimentar inmediatamente la felicidad inmaterial, intentan obtener placer sustituyendo la realización espiritual por conquistas políticas o algún poder intermedio. Entonces, su religión sustituye la búsqueda de la verdad espiritual por la búsqueda de poder.

Para poder salvar al mundo y que los dos dragones del fundamentalismo no lo devoren, necesitamos ofrecer a las personas experiencias divinas tangibles de Dios, incluyendo experiencias directas de la belleza y la alegría de servirle. La adoración a la Deidad es una de las mejores maneras de brindar estas experiencias, pues ofrece un canal mediante el cual nuestros sentidos materiales pueden fluir en dirección a la fuente de felicidad espiritual.

Al contemplar con reverencia la belleza de las Deidades, participando del arati, cantando las oraciones y danzando graciosamente, postrándonos respetuosamente y ofreciendo oraciones fervorosas, circunvalando a la Deidad, tocando la campana del templo, oliendo las flores que Le han ofrecido, bebiendo el agua sagrada que La ha bañado, recibiendo unas gotas de agua ofrecidas – todas esas formas prácticas del culto a la Deidad, ofrecen experiencias espirituales y se pueden vivenciar mediante los sentidos materiales.

Sri Sri Dayal Nitai Vijaya Gauranga en Budapest, Hungría.

La adoración a la Deidad no es apenas un ritual aislado; es la base de un estilo de vida espiritual centrada en Dios. Para el devoto que adopta la adoración a la Deidad, el templo donde la misma reside se vuelve el corazón de la comunidad, y el altar doméstico, donde él adora a una Deidad menor, se vuelve el corazón de su casa. En la comunidad, el edificio más bello o majestuoso se debe destinar al templo de la Deidad, y así mismo, la mejor parte de la casa debe destinarse para el altar del Señor. De esta forma, la Deidad ocupa el lugar de maestro tanto en la comunidad cuanto en el hogar – no sólo en un sentido figurado, si no literal. Con la Deidad presente en el corazón de su casa, el devoto puede desarrollar más fácilmente la conciencia de que es un siervo del Señor y todos los demás seres vivos. Los devotos pueden amorosamente cocinar y ofrecer alimentos a la Deidad y, en seguida, honrar la misericordia de la Deidad en forma de prasada, es decir, alimento santificado. Al comer alimentos de este tipo, la persona se espiritualiza.

El fundamentalismo materialista “adora” la materia como la única realidad y fuente de placer, y el fundamentalismo religioso afirma que la materia es la fuente de la ilusión, por lo que se debe abandonar totalmente si se quiere avanzar espiritualmente. La cultura védica, a través de la adoración a la Deidad, utiliza la materia con cautela y destreza para brindarnos destellos de la felicidad espiritual. De esa forma, adorar a la Deidad es un camino espiritual sólido, que es un intermediario equilibrado entre los dos extremos del fundamentalismo materialismo y del fundamentalismo religioso. Por lo tanto, adorar a la Deidad es una de las mayores necesidades del mundo actual.

Rahul Vaidya (impresionado): ¡Uau! Este ha sido un análisis profundo de los problemas actuales del mundo. ¿Usted realmente cree que adorar a la Deidad puede hacer una diferencia tan grande?

Sanatana Swami (enfáticamente): Sí. De hecho, ya está haciendo una diferencia significativa.

Rahul Vaidya (intrigado): ¿En qué sentido?

La adoración a la Deidad es global

Sanatana Swami: La resiliencia y el renacimiento de la adoración a la Deidad en India son una prueba sólida de su potencia viva. A pesar de haber sufrido ataques físicos e intelectuales durante casi mil años por los fanáticos semitas, la adoración a la Deidad continua fuerte, y está creciendo cada vez más fuerte. Hoy en día, millones de personas diariamente concurren a los miles de templos que salpican el paisaje hindú. Aún hoy, los festivales centrados en la adoración a la Deidad, como el Ratha-yatra, atraen a cientos de miles de personas. En realidad, en los 60 años, desde que India alcanzó la libertad política de los gobernantes semitas, los hindúes construyeron más templos que en los 500 años anteriores a este evento. Y estos templos se construyeron no sólo en India por los hindúes, si no también fuera del país por personas que no son hindúes.

Esta expansión global de la adoración a la Deidad es el comienzo de una nueva era de mayor conciencia espiritual. Srila Prabhupada, el acharya­-fundador de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON), es el pionero de esta era. A pesar de su avanzada edad de sesenta y nueve años, viajó solo a los Estados Unidos, y en los siguientes 11 años hizo que miles de personas saborearan la felicidad espiritual y se transformaran en siervos abnegados de Dios y Sus hijos. Él también inspiró la construcción de 108 templos en todo el mundo, y estableció la magnífica adoración a la Deidad en estos templos. Sus seguidores crearon varias centenas de otros templos y expandieron su legado de la adoración a la Deidad.

Jagannatha, Subhadra y Baladeva en Radhadesh, Bélgica.

¿Por qué los hindúes (y ahora también los que no son hindúes) continúan adorando a la Deidad? ¿Acaso los están obligando? No, no se está forzando a nadie. Al contrario que las tradiciones semitas, la tradición védica, al existir dentro y fuera de India, no tiene ninguna autoridad oficial para obligar a sus adeptos a que adoren a la Deidad, o para castigarlos si no lo hacen. Los adeptos a la cultura védica continúan adorando a la Deidad porque experimentan a Dios y Su amor a través de esa actividad.

Rahul Vaidya (reflexivo): Eso es verdad. La adoración a la Deidad es como un imán que atrae espontáneamente a muchos hindúes.

Sanatana Swami: Sí, la adoración a la Deidad se encuentra en el corazón de la cultura espiritual de la India. De hecho, la cultura espiritual de la India es la cultura más profundamente enraizada entre todas las demás del mundo. Por eso la India continúa atrayendo a buscadores espirituales serios de todo el mundo, que superan enfermedades, falta de comodidad y barreras culturales para buscar los tesoros espirituales de la India. ¿Y qué es lo que hace que la cultura espiritual hindú sea tan atractiva? Podemos citar muchos factores, pero no hay dudas de que la adoración a la Deidad es uno de los principales en la lista. En realidad, no sólo los hindúes, sino todas las personas del mundo, están adorando a la Deidad. La mayoría de las personas que no son hindúes y vienen a India como buscadores espirituales, son de culturas semitas. Debido a que en el pasado rechazaron la idolatría, la mayoría muestra cierto escepticismo inicial o incluso aversión a la adoración a la Deidad. Pero entre ellos, los más osados tienen una mente más abierta y al menos dan el beneficio de la duda a los adoradores de Deidades: si hay millones de personas adorando a la Deidad, y entre ellos hay muchas personas educadas, inteligentes, compasivas y santas, ciertamente la adoración a la Deidad no debe ser apenas “idolatrar a palos y piedras”, como retrata el dogma semita. Cuando estos buscadores de mente abierta cuestionan a los maestros espirituales competentes y, de esta manera, conocen la filosofía profunda y las prácticas meticulosas que hay tras la adoración a la Deidad, entienden que esta adoración es tan diferente de la idolatría como lo es la luz de la oscuridad.

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