Sri Krishna Bhagavan
(Extracto del noveno capítulo de la obra Bhagavad-gita)
Tras explicar a Su amigo Arjuna el conocimiento trascendental y el conocimiento del Absoluto, Sri Krishna decide iluminarlo con el conocimiento más confidencial, que es capaz de liberar a una persona de los sufrimientos de la existencia material.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mi querido Arjuna, como tú nunca Me envidias, te he de impartir ese conocimiento y esa comprensión que son de lo más confidenciales, con lo cual te verás liberado de los sufrimientos de la existencia material. Este conocimiento es el rey de la educación y el más secreto de todos los secretos. Es el conocimiento más puro de todos, y como brinda una percepción directa del ser mediante la iluminación, es la perfección de la religión. Además, es eterno, y se practica con alegría. Aquellos que no son fieles en este servicio devocional no pueden alcanzarme, ¡oh, conquistador de los enemigos! Por lo tanto, ellos regresan al sendero del nacimiento y la muerte de este mundo material.
Yo, en Mi forma no manifestada, Me encuentro omnipresente en todo este universo. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos. Y, sin embargo, todo lo creado no descansa en Mí. ¡He ahí mi opulencia mística! Aunque Yo soy el que mantiene a todas las entidades vivientes y aunque estoy en todas partes, Yo no soy parte de esta manifestación cósmica, pues Mi Ser es la fuente en sí de la creación.
Sabed que así como el poderoso viento, que sopla por doquier, siempre descansa en el cielo, así mismo todos los seres creados descansan en Mí. ¡Oh, hijo de Kunti!, al final del milenio, todas las manifestaciones materiales entran en Mi naturaleza, y al comienzo de otro milenio, mediante Mi potencia, Yo las creo de nuevo. Todo el orden cósmico está supeditado a Mí. Por Mi voluntad, se manifiesta automáticamente una y otra vez, y por Mi voluntad, al final es aniquilado.
¡Oh, Dhanañjaya!, todo este trabajo no puede atarme. Yo siempre estoy desapegado, situado como si fuera neutral. Esta naturaleza material, que es una de Mis energías, funciona bajo Mi dirección, ¡oh, hijo de Kunti!, y produce a todos los seres móviles e inmóviles. Por orden suya, esta manifestación es creada y aniquilada una y otra vez.
Los necios se burlan de Mí cuando desciendo con forma humana. Ellos no conocen Mi naturaleza trascendental como Señor Supremo de todo lo que existe. Aquellos que están confundidos de ese modo son atraídos por opiniones ateas y demoníacas. En esa condición engañada, sus esperanzas de liberarse, sus actividades fruitivas y su cultivo de conocimiento se ven todos frustrados.
¡Oh, hijo de Pṛthā!, aquellos que no están engañados, las grandes almas, se hallan bajo la protección de la naturaleza divina. Ellos están plenamente dedicados al servicio devocional, porque saben que Yo soy la Suprema Personalidad de Dios, original e inagotable. Siempre cantando Mis glorias, esforzándose con gran determinación y postrándose ante Mí, estas grandes almas Me adoran perpetuamente con devoción. Otros, que hacen sacrificio mediante el cultivo de conocimiento, adoran al Señor Supremo como aquel que no tiene igual, como aquel que se ha diversificado en muchos, y como la forma universal.
Mas, Yo soy el ritual, el sacrificio, la ofrenda a los antepasados, la hierba medicinal y el canto trascendental. Yo soy la mantequilla, el fuego y la ofrenda. Yo soy el padre de este universo, la madre, el sostén y el abuelo. Yo soy el objeto del conocimiento, el purificador y la sílaba om. Yo también soy los Vedas Rig, Sama yYajur.
Yo soy la meta, el sustentador, el amo, el testigo, la morada, el refugio y el amigo más querido. Yo soy la creación y la aniquilación, la base de todo, el lugar de descanso y la simiente eterna. ¡Oh, Arjuna!, Yo doy calor, y retengo o envío la lluvia. Yo soy la inmortalidad, y también soy la personificación de la muerte. Tanto el espíritu como la materia están en Mí.
Aquellos que estudian los Vedas y beben el jugo soma, buscando los planetas celestiales, Me adoran indirectamente. Al purificarse de las reacciones pecaminosas, ellos nacen en el piadoso y celestial planeta de Indra, donde disfrutan de deleites divinos. Después de que han disfrutado así de un inmenso placer celestial de los sentidos y los resultados de sus actividades piadosas se agotan, ellos regresan de nuevo a este planeta mortal. Así pues, aquellos que buscan el disfrute de los sentidos adhiriéndose para ello a los principios de los tres Vedas, consiguen únicamente el reiterado ciclo del nacimiento y la muerte.
Pero a aquellos que siempre Me adoran con una devoción exclusiva, meditando en Mi forma trascendental, Yo les llevo lo que les falta y les preservo lo que tienen. Aquellos que son devotos de otros dioses y que los adoran con fe, en realidad Me adoran únicamente a Mí, ¡oh, hijo de Kuntī!, pero lo hacen de un modo equivocado. Yo soy el único disfrutador y amo de todos los sacrificios. Por consiguiente, aquellos que no reconocen Mi verdadera naturaleza trascendental, caen.
Aquellos que adoran a los semidioses, nacerán entre los semidioses; aquellos que adoran a los antepasados, irán a los antepasados; aquellos que adoran a los fantasmas y espíritus, nacerán entre esos seres; y aquellos que Me adoran a Mí, vivirán conmigo.
Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, una fruta o agua, Yo la aceptaré. Todo lo que hagas, todo lo que comas, todo lo que ofrezcas o regales, y todas las austeridades que realices, hazlo, ¡oh, hijo de Kuntī!, como una ofrenda a Mí. De ese modo te librarás del cautiverio del trabajo y sus resultados auspiciosos y desfavorables. Con la mente fija en Mí y siguiendo ese principio de renunciación, te liberarás y vendrás a Mí.
Yo no envidio a nadie, ni soy parcial con nadie. Yo tengo la misma disposición para con todos. Pero todo el que Me presta servicio con devoción es un amigo y está en Mí, y Yo también soy un amigo para él. Incluso si alguien comete las acciones más abominables de todas, si está dedicado al servicio devocional se debe considerar que es un santo, porque está debidamente situado en su determinación. Prontamente él se vuelve virtuoso y consigue una paz perdurable. ¡Oh, hijo de Kunti!, declara osadamente que Mi devoto nunca perece.
¡Oh, hijo de Pritha!, aquellos que se refugian en Mí, aunque sean de baja estirpe —las mujeres, los vaisyas (los comerciantes) y los sudras (los trabajadores)—, pueden dirigirse hacia el destino supremo. ¡Cuánto más cierto no es esto en el caso de los virtuosos brahmanas, de los devotos y también de los reyes santos! Así que, habiendo venido a este temporal y desolador mundo, dedícate a Mi amoroso servicio. Siempre ocupa la mente en pensar en Mí, vuélvete devoto Mío, ofréceme reverencias y adórame a Mí. Estando completamente absorto en Mí, es seguro que vendrás a Mí.
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