A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada
(Extractos del cuarto capítulo de la obra ‘Viaje hacia el autoconocimiento’)
Nosotros generalmente nos referimos al yoga sólo como una forma de ejercicio físico. Pero en la siguiente conferencia, dada en febrero de 1969 en Los Ángeles, Srila Prabhupada revela el significado interno y la naturaleza del yoga según fue enseñada y practicada en India durante siglos.
“La situación yóguica es la de estar desapegado de todas las ocupaciones sensoriales. Cerrando todas las puertas de los sentidos y fijando la mente en el corazón y el aire vital en la parte superior de la cabeza, uno se establece en elyoga”.
(Bhagavad-gita 8.12)
Existen diferentes clases de trascendentalistas, o yogis: el jñana-yogi, el dhyana-yogi, y el bhakti-yogi. Todos ellos son candidatos para ser transferidos al mundo espiritual, porque el sistema de yoga tiene como propósito restablecer nuestro vínculo con el Señor Supremo.
En realidad, nosotros estamos conectados eternamente con el Señor Supremo, pero de una manera u otra ahora estamos enredados en la contaminación material. El proceso entonces es que tenemos que retornar. Este proceso de vincularse se denomina yoga.
El verdadero significado de la palabra yoga es “más”. Ahora, en el momento actual, nosotros estamos menos Dios, menos el Supremo. Pero cuando nos volvemos más, nos conectamos con Dios, entonces nuestra forma de vida humana se perfecciona.
Cuando llegue la muerte, debemos alcanzar la perfección. Mientras estemos vivos, tenemos que practicar cómo acercarnos a este estado de perfección. Y a la hora de la muerte, cuando abandonemos este cuerpo material, esa perfección debe ser lograda. Por ejemplo, un estudiante puede prepararse durante dos, tres o cuatro años educándose, y la prueba final es su examen. Si aprueba el examen, entonces obtiene su título. Similarmente, si nos preparamos para el examen de la muerte y lo aprobamos, seremos transferidos al mundo espiritual. Todo lo que hemos aprendido en esta vida es examinado a la hora de la muerte.
El yogi conoce todo, y puede transferirse por sí mismo a cualquier planeta que desee. Él no requiere la ayuda de ninguna nave espacial. Pero el sistema de bhaktino tiene como propósito alcanzar ningún planeta material. Quienes rinden servicio devocional a Krishna, el Señor Supremo, no están interesados en ningún planeta de este mundo material. ¿Por qué? Porque ellos saben que sin importar a qué planeta uno sea elevado, los cuatro principios de la existencia material aún existirán. ¿Cuáles son esos principios? Nacimiento, muerte, enfermedad y vejez. Usted encontrará esto en cualquier planeta al que vaya. En algunos planetas elevados la duración de la vida puede ser mucho, mucho más larga que aquí en la Tierra, pero aun así, la muerte existe. Vida material significa: nacimiento, muerte, enfermedad y vejez. Y vida espiritual significa liberación de estas molestias. No más nacimientos, no más muertes, no más ignorancia, y no más miseria. Por eso, quienes son inteligentes no tratan de elevarse a ningún planeta de este mundo material.
¿Por qué debería usted quedar sujeto al nacimiento y la muerte? Hacerse estas preguntas es un signo de verdadera inteligencia. Aquellas personas que están en la conciencia de Krishna son muy inteligentes. Ellas no están interesadas en ser promovidas a cualquier planeta donde exista la muerte, no importa cuánto uno viva. Ellas quieren un cuerpo espiritual, como el de Dios. Si abandonamos este cuerpo y nos transferimos al mundo espiritual —para vivir con el propio Krishna— entonces obtendremos un cuerpo similar al de Él: sac-cid-ananda —eterno, pleno de conocimiento y pleno de bienaventuranza. Aquellos que tratan de ser conscientes de Krishna tienen una meta diferente en la vida que quienes tratan de promoverse a cualquiera de los mejores planetas de este mundo material.
Todo el sistema de yoga está destinado a concentrar la mente en Vishnu. Pero los impersonalistas imaginan que este omkara es la forma de Vishnu, o el Señor. Los que son personalistas no imaginan. Ellos ven la verdadera forma del Señor Supremo. De todas maneras, ya sea que usted concentre su mente imaginando o que realmente vea, usted tiene que fijar su mente en la forma de Vishnu. Aquí mam significa “en el Señor Supremo, Vishnu”. Yaƒ prayati tyajan deham: Quienquiera que abandone su cuerpo recordando a Vishnu —sa yati paramam gatim— entra en el reino espiritual.
Quienes son verdaderos yogis no desean entrar en ningún otro planeta del mundo material, porque ellos saben que la vida allí es temporal. Eso es inteligencia. Quienes están satisfechos con la felicidad temporal, con la vida temporal y con las facilidades temporales no son inteligentes, de acuerdo al Bhagavad-gita: Yo soy permanente. Yo soy eterno. ¿Quién quiere una existencia temporal? Nadie quiere eso. Las cuatro clases de aflicciones externas —nacimiento, muerte, enfermedad y vejez— son debidas a este cuerpo material. Si podemos salirnos de este cuerpo material, podremos dejar estas aflicciones.
De modo que para el yogi que es un impersonalista, el proceso recomendado es vibrar este sonido trascendental, om, mientras abandona este cuerpo. Cualquiera que sea capaz de abandonar este cuerpo material mientras pronuncie el sonido trascendental om, con completa conciencia del Señor Supremo, seguro que será transferido al mundo espiritual.
Pero aquellos que no son personalistas no pueden entrar a los planetas espirituales. Ellos permanecen afuera. Así como la luz del Sol y el planeta Sol. La luz del Sol no es diferente del disco solar. Pero a pesar de eso, la luz del Sol no es el disco solar. Similarmente, aquellos impersonalistas que son transferidos al mundo espiritual permanecen en la refulgencia del Señor Supremo, la cual se denominabrahmajyoti. Los que no son personalistas son ubicados en el brahmajyoti como una de sus diminutas partículas.
Nosotros somos partículas diminutas, chispas espirituales, y el brahmajyoti está repleto de tales chispas espirituales. Por lo tanto, usted se vuelve una de esas chispas espirituales. O sea, usted se funde en la existencia espiritual. Usted mantiene su individualidad, pero debido a que no quiere ninguna forma personal, usted es mantenido allí, en el brahmajyoti impersonal. Así como la luz del Sol está compuesta de pequeñas moléculas, moléculas brillantes —quienes son científicos lo saben—, similarmente nosotros somos partículas diminutas, más pequeñas que un átomo. Nuestro tamaño es el de la diezmilésima parte de la punta de un cabello. Por lo tanto, esa pequeña partícula permanece en el brahmajyoti. Aun después de tanto esfuerzo, si el impersonalista llega al mundo espiritual y permanece en tal forma impersonal, puede que él regrese otra vez a la existencia material. ¿Por qué? Porque él ha negligenciado servir al Señor Supremo con amor y devoción.
Por eso, mientras estemos aquí, tenemos que practicar amar a Krishna, el Señor Supremo. Luego podremos entrar a los planetas espirituales. Éste es el entrenamiento. Si usted no es entrenado de esta manera, entonces por medio del esfuerzo impersonal puede entrar al reino espiritual, pero existe el riesgo de caer otra vez —porque tal soledad creará algún disturbio, y usted tratará de tener asociación. Y debido a que usted no tiene asociación con el Señor Supremo, tendrá que regresar y asociarse con este mundo material.
De modo que es mejor que reconozcamos la naturaleza de nuestra posición constitucional. Nuestra posición constitucional es que queremos eternidad, queremos conocimiento completo, y también queremos placer. Si nos mantenemos apartados, no podemos tener placer. Nos sentiremos incómodos, y por falta de placer aceptaremos cualquier clase de placer material. Ése es el riesgo. Pero en la conciencia de Krishna, tendremos un placer completo.
Por eso, quienes tienen bastante inteligencia están preocupados por encontrar una solución permanente a estos cuatro problemas básicos —janma-mrityu-jara-vyadhi: nacimiento, muerte, vejez y enfermedad. Ellos están preocupados por alcanzar su vida espiritual, plena de bienaventuranza y plena de conocimiento. Y eso es posible cuando usted entra a los planetas espirituales.
Éste es el yogi más elevado: el que piensa constantemente en Krishna, y se ocupa siempre en la conciencia de Krishna. Tal yogi perfecto no desvía su atención a este tipo de proceso o a tal tipo de sistema de yoga o a los sistemas de jñana o dhyana. Simplemente un sistema: la conciencia de Krishna. Ananya-cetah: sin desviación. Él no se perturba por nada. Simplemente piensa en Krishna. Ananya-cetahsatatam. Satatam significa “en todas partes y en todo momento”.
Éste es el proceso de la conciencia de Krishna: recordar continuamente. Krishna declara que Él puede ser alcanzado fácilmente por quien siempre lo recuerda. Lo más elevado y lo más valioso se vuelve muy poco costoso para el que adopta este proceso de conciencia de Krishna. “Debido a que él se ocupa constantemente en tal proceso de yoga, bhakti-yoga —oh, Yo soy muy accesible, soy fácil de alcanzar”.
¿Por qué usted debería intentar cualquier otro proceso difícil? Simplemente cante Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare. Usted puede cantar veinticuatro horas por día. No existen reglas o regulaciones. Ya sea en la calle o en el tren, en su casa o en su trabajo, no hay impuestos —no hay gastos. ¿Por qué no hacerlo?