Esta preparación de origen brasileño es deliciosa, y es ideal para llevarse al trabajo, la escuela o cualquier otro lugar en el que tengamos que pasar mucho tiempo fuera de casa.

Productos1 Persona
 1 taza de leche de vaca
 2 cucharadas de manteca
 2 cucharadas de aceite (oliva o girasol)
 3 tazas de harina de mandioca/tapioca (o 2 tazas si es fermentada/polvilho azedo)
 1 cucharadita de sal (o más si el queso no es muy salado)
 115 gramos de queso rallado
1

Precalentar el horno a 200° C (o 400° F). Poner papel de hornear en una bandeja, o alternativamente, untarla ligeramente con aceite.

2

En un cazo, llevar la leche, la manteca y el aceite a ebullición. Retirar del fuego cuando empiece a hervir, vigiando que no salga fuera del cazo.

3

En un recipiente grande, mezclar la harina de mandioca y la sal.

4

Una vez que la mezcla de ingredientes líquidos se haya enfriado un poco y seamos capaces de soportar el calor en nuestras manos, añadir al recipiente con los ingredientes secos. Mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.

5

Añadir el queso rallado y mezclar una vez más. Si la masa está demasiado pegajosa, dejar enfriar 30 minutos en la heladera antes de hacer las bolas.

6

Hacer bolas del tamaño de una pelota de golf y ponerlas en la bandeja, separadas unos 2 cm entre ellas.

7

Asar 20-25 minutos, o hasta que empiecen a dorarse y la base se haya oscurecido.

Notas
8

Una vez moldeadas, las bolas se pueden congelar para comer en otra ocasión. Tan solo hemos de llevarlas al congelador en la bandeja por 2 horas hasta que estén totalmente duras. Después las guardamos en una bolsa o recipiente herméticos, y cuando queramos usarlas podemos llevarlas directamente al horno precalentado a 190° C (o 375° F)

Ingredientes

 1 taza de leche de vaca
 2 cucharadas de manteca
 2 cucharadas de aceite (oliva o girasol)
 3 tazas de harina de mandioca/tapioca (o 2 tazas si es fermentada/polvilho azedo)
 1 cucharadita de sal (o más si el queso no es muy salado)
 115 gramos de queso rallado

Instrucciones

1

Precalentar el horno a 200° C (o 400° F). Poner papel de hornear en una bandeja, o alternativamente, untarla ligeramente con aceite.

2

En un cazo, llevar la leche, la manteca y el aceite a ebullición. Retirar del fuego cuando empiece a hervir, vigiando que no salga fuera del cazo.

3

En un recipiente grande, mezclar la harina de mandioca y la sal.

4

Una vez que la mezcla de ingredientes líquidos se haya enfriado un poco y seamos capaces de soportar el calor en nuestras manos, añadir al recipiente con los ingredientes secos. Mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.

5

Añadir el queso rallado y mezclar una vez más. Si la masa está demasiado pegajosa, dejar enfriar 30 minutos en la heladera antes de hacer las bolas.

6

Hacer bolas del tamaño de una pelota de golf y ponerlas en la bandeja, separadas unos 2 cm entre ellas.

7

Asar 20-25 minutos, o hasta que empiecen a dorarse y la base se haya oscurecido.

Notas
8

Una vez moldeadas, las bolas se pueden congelar para comer en otra ocasión. Tan solo hemos de llevarlas al congelador en la bandeja por 2 horas hasta que estén totalmente duras. Después las guardamos en una bolsa o recipiente herméticos, y cuando queramos usarlas podemos llevarlas directamente al horno precalentado a 190° C (o 375° F)

Notes

Pan de queso

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