Satsvarupa Dasa Goswami
(De la obra Veda, secretos de Oriente)

Las compañías que elegimos son como un espejo que refleja todo lo que colocamos delante. Si pasamos nuestro tiempo con personas materialistas, o si pasamos nuestro tiempo con personas con inclinación espiritual, desarrollaremos esas mismas inclinaciones.

Así como una persona que desea mejorar en el fútbol buscará jugadores con experiencia y entusiastas, una persona que se interese por la vida espiritual querrá amigos con la misma mentalidad. Pero, ¿dónde se pueden encontrar? Y aunque haya otros estudiantes de la autorrealización y de la conciencia de Dios, ¿significa acaso que automáticamente se desarrollará una relación amorosa entre ellos? La Escritura dice: “Busca y encontrarás, llama y se te abrirá”. Eso se aplica a las amistades espirituales.

La forma más segura de encontrar compañías conscientes de Dios es reunirnos con los devotos, santos y sabios de mayor pureza. Aunque la mayoría ya no se encuentren entre nosotros, podemos estar con ellos a través de sus escritos, enseñanzas y seguidores que aún viven. A pesar de que los devotos puros de épocas antiguas ya no caminen hoy en día por la Tierra, podemos mejorar espiritualmente y beneficiarnos de una forma muy personal en compañía de ellos.

Según el conocimiento védico, hay dos maneras por las que podemos acercarnos a las personas espiritualmente avanzadas. Una forma es mediante la compañía directa, como caminar a su lado, sentarse con ellos, conversar y así sucesivamente. En sánscrito, eso se llama vapuh. Bhaktivinoda Thakura describe el efecto de la amistad con un devoto avanzado en el Harinama Chintamani: “Si alguien permanece junto a un devoto puro de Krishna durante un tiempo, podrá percibir el bhakti [la energía devocional] fluyendo de su cuerpo. Si la persona es capaz de retener esa energía dentro de su corazón, una vez que tenga una fe fuerte, bhakti se desarrollará… Por lo tanto, si alguien vive junto a un devoto de Krishna, pronto surgirá devoción dentro de su corazón”.

Cuando no estamos junto a amigos espirituales, pero nos relacionamos con ellos escuchando y siguiendo sus instrucciones, eso se llama vani. Los eruditos afirman que la forma de relación vani es la más fuerte y duradera, mientras que vapuh, aunque sea especialmente dulce, está sujeta al tiempo, la muerte y otras formas de separación humana. Ya sea a través de vapuh o de vani, las amistades espirituales son muy influyentes. Tal como dijo un profesor védico: “La compañía es muy importante. Actúa como un espejo, reflejando todo lo que colocamos delante”.

La influencia que recibimos mediante enseñanzas y escritos, puede actuar negativa o positivamente. Por ejemplo, el poeta alemán del siglo XIX, Goethe, derramó su angustia juvenil en un romance, Los sufrimientos del joven werther, y como resultado, muchos jóvenes se suicidaron después de leer el libro. Así como los lectores sumisos se pueden degradar o arruinar a través de los escritos venenosos, también puede suceder lo contrario: podemos obtener la meta más elevada de la vida, revivir nuestra relación bienaventurada y eterna con Dios, mediante la compañía fiel de las almas puras a través de sus biografías o enseñanzas registradas.

Pero no podemos vivir solo de los libros. Vivimos en un mundo de personas – familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos –. A medida que recorremos el camino espiritual, naturalmente queremos compañías. Las relaciones formales u oficiales con personas ajenas a nuestra alma no son suficientes: queremos amigos cercanos en nuestra vida interna. Las compañías son tan importantes, que las Escrituras védicas nos recomiendan evitar vivir con personas que sean contrarias a la vida divina. Efectivamente, cuando un seguidor solicitó al Señor Chaitanya que definiera un vaishnava, Él respondió: “Un vaishnava es aquel que evita la compañía de personas materialistas, que disfrutan de los sentidos y no devotos”.

En otra ocasión, el Señor Chaitanya preguntó a Su discípulo erudito Ramananda Raya cuál era la experiencia más dolorosa. La respuesta de Ramananda Raya fue: “Aparte de estar lejos del devoto de Krishna, desconozco otra infelicidad insoportable”. Y en el Brihad-bhagavatamrita se declara: “Entre todas las cosas deseables en la vida de la entidad viva, la compañía de los devotos del Señor es la mejor. Cuando estamos separados de un devoto, aunque sea por un instante, no podemos disfrutar de ninguna felicidad”.

Podemos aumentar nuestras posibilidades de hacer amigos espirituales si frecuentamos templos de Krishna y lugares similares. No obstante, los devotos no se encuentran solo en los templos, y tampoco pertenecen a un segmento religioso en particular, viven en una parte específica del mundo o se limitan a una edad o sexo determinados. Se les puede reconocer a través de sus síntomas genuinos que se describen en las Escrituras.

El Srimad-Bhagavatam (3.25.21) afirma: “El sadhu es tolerante, misericordioso y amigable con todas las entidades vivientes. No tiene enemigos, es pacífico, se guía por las Escrituras, y todas sus características son sublimes”.

En El néctar de la instrucción, escrito en el siglo XVI, Rupa Gosvami analiza tres categorías de devotos y nos recomienda honrar a todos ellos. Él describe la clase neófita como aquellos que alguna vez han cantado los nombres de Dios, pero que no siguen estrictamente todas las reglas de la vida espiritual. Los devotos de la etapa intermedia siguen estrictamente las reglas y están fijos en sus convicciones pertenecientes al servicio devocional a Dios. Y en la etapa superior están los devotos puros, que no sienten envidia de ninguna criatura viviente y ven a todos como siervos de Dios.

Debemos considerar a todos los devotos como nuestros amigos y, al mismo tiempo, aprender el arte de elegir personas apropiadas con un cuidado especial. Rupa Gosvami también explica que hay seis tipos de intercambios amorosos entre amigos devotos: “Los seis síntomas del amor que comparte un devoto con otro son: ofrecer regalos como caridad, aceptar regalos caritativos, revelar la mente en forma confidencial, preguntar confidencialmente, aceptar prasada y ofrecer prasada”.

Podemos aprender el arte y la etiqueta de las amistades en conciencia de Krishna con devotos genuinos.

Si alguien no desarrolla una buena amistad espiritual con las personas con las que vive y trabaja, debe orar y buscar más. No es posible agradar a la Suprema Personalidad de Dios si no tenemos amistades espirituales. El Señor Krishna dice: “Aquel que afirma ser Mi devoto, no es Mi devoto. Pero aquel que es devoto de Mi devoto, es en realidad Mi devoto”. Similarmente, Narottama Dasa Thakura, un gran poeta vaishnava, escribió: “Nadie, en ningún momento, se liberó sin la compañía de los devotos”.

Sin embargo, tal vez mis lectores ya sepan de la importancia de las amistades espirituales. Y tal vez ya tengan conexiones con amigos espirituales. En este caso, solo hemos de recordar que no debemos descuidar esos lazos valiosos. Mantengamos nuestros amigos y compartamos la felicidad del amor centrado en Dios. Tal como describe el Señor Krishna en el Bhagavad-gita (10.9): “Los pensamientos de Mis devotos puros moran en Mí, sus vidas están plenamente consagradas a Mi servicio, y ellos sienten gran satisfacción y dicha en iluminarse siempre entre sí y en conversar siempre acerca de Mí”.

 

Imagen: Ananta Vrindavan Dasa (www.iskconphotos.com)