Vrndavana Dasa Thakura
Extracto del capítulo 25 del Madhya-kanda del Caitanya Bhagavata

El hijo del gran devoto Srivasa muere debido a una enfermedad. Sin embargo, en un evento milagroso, el niño muerto recibe la oportunidad de hablar. ¿Qué dirá el niño? 

¡Toda gloria al Señor Caitanya Mahaprabhu, el Señor de todo el universo! ¡Toda gloria al rey de los brahmanas, de los Vedas, de la religión verdadera y de lossannyasis! ¡Toda gloria al Señor Caitanya, que es un océano de misericordia y la joya nacida del vientre de Sacidevi! ¡Toda gloria al Señor Caitanya! ¡Toda gloria al Señor Nityananda! ¡Toda gloria al Señor Caitanya y Sus devotos! Aquellos que escuchan constantemente la narración de pasatiempos trascendentales de Sri Caitanya Mahaprabhu ciertamente obtendrán el servicio devocional puro.

El fallecimiento del hijo de Srivasa

Un día, como era habitual, el Señor estaba danzando en la casa de Srivasa, mientras éste y otros devotos realizaban kirtana alegremente. Mientras los devotos cantaban y danzaban así, el hijo de Srivasa, por un arreglo divino, falleció en otro cuarto de la casa debido a una enfermedad. Mientras el Señor Caitanya danzaba en éxtasis, las mujeres comenzaron a llorar desamparadamente dentro de la casa. Habiendo escuchado el sonido de sus llantos, Srivasa corrió hacia el cuarto y vio que su hijo ahora vivía en el mundo espiritual. Srivasa Pandita era un devoto muy elevado, grave y erudito, y de esta manera comenzó a instruir a las mujeres, que eran su familia.

“Todas ustedes conocen las glorias del Señor Krishna. Por lo tanto, paren de llorar y detengan la lamentación en su corazón. El Señor Supremo (cuyo santo nombre, aún pronunciado una única vez es capaz de conducir al mayor pecador hacia Su morada trascendental), está ahora presente danzando en éxtasis con Sus sirvientes, entre los cuales se encuentran Brahma y todos los semidioses. ¿Por qué habríamos de lamentarnos si alguien muriera en este momento tan auspicioso? Mi hijo tuvo una muerte muy afortunada. Estoy seguro que alcanzó la meta de la vida. Si ustedes no son capaces de librarse de los apegos a la vida familiar, entonces mantengan su llanto en la intimidad de sus corazones y lloren más tarde. Nadie debe saber sobre este incidente, pues eso podría perturbar la felicidad que el Señor experimenta mientras danza. Si el Señor llega a enterarse de la muerte de mi hijo y eso lo trae de vuelta a la conciencia externa, me ahogaré hoy mismo en el Ganges”.

A causa de las palabras de Srivasa todos se calmaron. Entonces, Srivasa volvió alkirtana del Señor. Srivasa cantó alegremente en el kirtana, y en la presencia del Señor su alegría aumentaba continuamente. Esas son las glorias de Srivasa Pandita. Los asociados personales de Caitanya Mahaprabhu poseen todas las grandes virtudes. Siempre rodeado de Sus devotos, el Señor Caitanya danzaba con gran júbilo. Uno tras otro, los devotos gradualmente iban sabiendo de la partida del hijo de Srivasa. Sin embargo, escondiendo su lamentación, nadie expresó externamente ningún sufrimiento. El Señor Caitanya, la omnisciente Suprema Personalidad de Dios, por fin presentó una pregunta ante el corazón de sus devotos. El Señor dijo: “Hoy algo está perturbando Mi corazón. ¿Qué tipo de infelicidad atrajo esta sombra oscura a la casa de Srivasa?”. Srivasa Pandita respondió: “Mi Señor, ¿qué lamentación podría afectarme si estás iluminando mi casa personalmente con Tu semblante sonriente?”.

Finalmente, los principales devotos informaron al Señor sobre el fallecimiento del hijo de Srivasa. Con gravedad y respeto, el Señor dijo: “Decidme hace cuánto tiempo”. Le informaron que el fallecimiento había ocurrido dos horas antes de ponerse el sol. Los devotos dijeron: “Temiendo perturbar Tu danza, Srivasa no reveló esto a nadie. El niño partió hace siete horas y media. En cuanto lo ordenes comenzaremos inmediatamente los ritos finales”. Al escuchar todo esto el Señor se sorprendió muchísimo con Srivasa y exclamó el nombre de Govinda. “¿Cómo puedo vivir en tu compañía?”, dijo el Señor antes de comenzar a llorar. ¿Cómo voy a hacer para abandonar la compañía de una persona que, por amor a Mí, no se lamenta ni siquiera por la pérdida de su hijo?”. Después de decir esto, el Señor Caitanya irrumpió en un amargo llanto.

Los devotos comenzaron a discutir entre sí el significado de las palabras del Señor, las cuales indicaban que estaba dispuesto a partir. No entendían nada, todos se sentían confusos. El significado de Sus palabras era que, en el futuro, él dejaría la vida familiar y aceptaría la vida de sannyasa. Cuando llegara ese momento, todos llorarían profundamente y respirarían con gran dificultad.

La ciencia de la transmigración del alma

Cuando Caitanya Mahaprabhu calmó Sus sentimientos, todos se dirigieron hacia el devoto para realizar los ritos finales. En la presencia de todos, Sri Caitanya se dirigió al hijo fallecido de Srivasa: “¿Por qué razón dejaste la casa de Srivasa Pandita?”. “Mi Señor”, respondió el niño, “todo ocurre por Tus designios. ¿Quién podría actuar contra Tu voluntad?”. Al escuchar al niño fallecido respondiendo de esa forma a la pregunta del Señor, los devotos se sorprendieron y maravillaron. Con todos los devotos escuchándole atentamente, el niño continuó: “Ya viví los días que me correspondían en este cuerpo. Cuando terminó su validez, no puedo hacer nada por evitarlo. Ahora me iré a la ciudad de otro cuerpo. Mi Señor, aunque tenga que abandonar obligatoriamente este cuerpo, por favor se misericordioso conmigo y no me permitas olvidarme de Ti. ¿Quién es el padre de quién? Oh, Señor, ¿quién es el hijo de quién? Todos experimentan el resultado de su karmaindividual. Una vez que mi destino me permitió estar en la casa de Srivasa, permanecí allí; pero ahora partiré hacia otra residencia. Me postro ante Tus pies y ante los pies de Tus asociados como muestra de respeto. Por favor, no consideren mis ofensas. Permitidme partir ahora”.

Después de pronunciar esas últimas palabras, el cuerpo del niño se silenció. Así fue como el Señor Caitanya un pasatiempo maravilloso más, el cual ahogó a los devotos en un océano de júbilo trascendental. La lamentación de toda la familia de Srivasa desapareció entre las olas del bienaventurado amor extático por el Señor Krishna. Experimentando el júbilo del amor a Dios, los parientes de Srivasa se arrojaron a los pies de loto del Señor Caitanya, y llorando dijeron: “¡Oh, Señor! Nacimiento tras nacimiento eres nuestro padre, nuestra madre, nuestro hijo y nuestro maestro. ¡Que jamás nos olvidemos de Tus pies de loto! Señor, ¿por qué deberíamos temer algún nacimiento mientras tengamos siempre devoción por Tus pies?”. De esa manera, con sus voces embargadas por la emoción intensa, Srivasa y sus tres hermanos oraron. A su alrededor, en las cuatro direcciones, los devotos lloraron sin ninguna discreción. El llanto ocasionado por el amor extático por el Señor Krishna se escuchó en las cuatro direcciones: tal era el sentimiento trascendental que arrebató el hogar de Srivasa.

Sri Caitanya dijo: “Escucha, Srivasa Pandita. Ya que conoces los rumbos de este mundo, ¿qué sufrimiento podría abatirte? En realidad eres tan elevado que cualquier persona que te vea se libra de toda complicación material. Dado que Nityananda y Yo somos tus hijos, jamás experimentarás ningún sufrimiento”. Los devotos recibieron con gran alegría estas misericordiosas palabras que emanaban de la graciosa boca de Caitanya Mahaprabhu. “¡Jaya! ¡Jaya!”, exclamaron.

Realizando kirtana durante todo el recorrido hasta el Ganges, el Señor Caitanya acompañó a los devotos que cargaban el cadáver del hijo de Srivasa. Al concluir los ritos apropiados, todos se bañaron en el Ganges. Acompañados por el canto del santo nombre de Krishna, cada uno de los devotos regresó a su hogar. Los familiares de Srivasa también regresaron a casa, completamente satisfechos con los rituales finales.

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