Vrindavana Dasa Thakura
(Extractos del capítulo 16 del adi-khanda, de la obra ‘Caitanya-bhagavata’)

En cierta ocasión, en la aldea de Harinadi, un brahmana arrogante ofendió al gran santo Haridasa. “¡Haridasa!”, dijo, “¿Por qué te comportas de esta manera? Lo único que haces es cantar los santos nombres en voz alta. ¿Por qué? Las escrituras establecen que se debe cantar mentalmente. ¿Qué escritura dice que se debe cantar los santos nombres en voz alta? ¿Quién te ha enseñado esta práctica religiosa? Aquí hay una gran asamblea de devotos eruditos, así que puedes preguntarles el método apropiado de adoración”. Haridasa le respondió humildemente.

Las personas no estaban interesadas en el proceso del servicio devocional a Vishnu, o el Señor Supremo, y tampoco podían comprender la mística del canto del santo nombre de Dios, kirtana. Los devotos que ejecutaban kirtana, frecuentemente se convertían en el blanco de las burlas de los materialistas. Para poder cantar, tocar los karatalas y bailar sin ser perturbados, tenían que reunirse en algún lugar alejado. Pero incluso así, los ateos se reunían y reprobaban el comportamiento de los devotos.

“Esos brahmanas degradados destruirán todo el país”, se quejaban. “Todo esto de cantar y bailar de forma emotiva acabará haciendo que la gente pase hambre. Esosbrahmanas sentimentalistas utilizan el canto para mendigar y llenarse la barriga. ¿Por qué cantan tan alto, incluso durante los cuatro meses de caturmasya, cuando el Señor Supremo duerme? Acabarán irritándolo y Él, furioso, nos castigará haciéndonos pasar hambre. ¿Acaso esos necios no pueden comprender el desastre que pueden causar?”. Otro hombre amenazó a los devotos: “Si el precio del arroz aumenta, agarraré a cada uno de ellos por el cuello y los golpearé para que aprendan. Tal vez sea apropiado cantar en voz alta durante la vigilia de ekadashi, pero ¿de qué sirve cantar los nombres de Govinda todos los días?”. De esa forma, todos daban su opinión.

Los devotos se sentían tristes por los ateos, pero a pesar de su tristeza, no detenían el canto de los santos nombres del Señor Hari. Srila Haridasa era uno de esos devotos. Al ver que la mayoría de las personas no se sentía atraída por el servicio devocional, Haridasa Thakura sentía mucha compasión. Haridasa seguía cantando en voz alta el santo nombre del Señor, aun sabiendo que los pecadores no podían tolerarlo. Aunque el Señor Caitanya todavía no había revelado el proceso del servicio devocional al Señor Supremo, Haridasa Thakura se comportaba como un devoto puro.

En cierta ocasión, en la aldea de Harinadi, un brahmana arrogante ofendió al gran santo Haridasa. “¡Haridasa!”, dijo, “¿Por qué te comportas de esta manera? Lo único que haces es cantar los santos nombres en voz alta. ¿Por qué? Las escrituras establecen que se debe cantar mentalmente. ¿Qué escritura dice que se debe cantar los santos nombres en voz alta? ¿Quién te ha enseñado esta práctica religiosa? Aquí hay una gran asamblea de devotos eruditos, así que puedes preguntarles el método apropiado de adoración”.

Haridasa le respondió humildemente: “No conozco las conclusiones de las escrituras acerca de las glorias del santo nombre del Señor Hari. Seguro que tú sabes más que yo. En cuanto a mí, sólo repito lo que he escuchado decir a estudiosos como tú. Ninguna escritura condena el canto de los santos nombres en voz alta; al contrario, muchos versos afirman que ese canto purifica más que el canto silencioso. Por ejemplo, hay un verso de las escrituras que dice uccaih shata-gunam bhavet: ‘El resultado de cantar en voz alta es mil veces mejor’”.

“¿Y por qué es mil veces mejor?”, preguntó el brahmana, exigiendo una explicación.

“Querido santo”, respondió Haridasa. “Esta verdad se describe en los Vedas y en elSrimad-Bhagavatam”. Nadando en el océano del amor por Krishna, Haridasa presentó la esencia de todas las escrituras. Él dijo: “Oh, brahmana, por favor, trata de comprender que cualquier entidad viva (sea un humano, un animal terrestre o acuático, un insecto o un ave) que escuche el santo nombre de los labios de un devoto puro del Señor, cuando abandone su cuerpo irá directamente a Vaikuntha, el mundo espiritual. En el Srimad-Bhagavatam (10.34.17), el vidyadharaSudarshana ora: ‘Oh, Señor, cuanto un devoto puro que se ha purificado por el contacto con Tus pies de loto canta Tu nombre, y alguna entidad viva escucha ese santo nombre, este santo nombre puede purificar inmediatamente a la persona que lo canta y a la entidad que lo escucha’. Las especies inferiores, como los animales terrestres, las aves o los insectos y gusanos, no pueden cantar el nombre del Señor. Sin embargo, pueden liberarse sólo por escuchar el santo nombre de Hari. Con el canto silencioso del nombre del Señor Krishna (japa), la persona se libera a sí misma; pero cuando canta el nombre del Señor en voz alta, ensankirtana, libera a todos aquellos que lo escuchan. Por esa razón, las escrituras establecen que el canto del nombre del Señor en voz alta es mil veces mejor, porque beneficia a todos. En el Narada Purana, también hay un verso sobre este tema. En ese verso, Sri Prahlada dice: ‘Me parece completamente lógico que una persona que cante el santo nombre del Señor en voz alta, sea mil veces más piadosa que una persona que cante apenas para sí misma; aquel que canta suspirando sólo se libera a sí mismo, pero aquel que canta en voz alta se libera a sí mismo y a las entidades vivas que lo escuchan’. Esta es la razón por la que losPuranas afirman que cantar en voz alta, en sankirtana, es mil veces mejor que cantar japa”.

Haridasa Thakura prosiguió: “Oh, brahmana, por favor, presta atención a estas afirmaciones fáciles de entender: una persona que actúa para el beneficio de los demás, incluso los animales inferiores, sin duda alguna está situada en una plataforma religiosa superior que aquella persona que sólo se preocupa con su propia liberación. Cuando la persona canta los nombres del Señor Govinda en voz alta, libera a todas las criaturas que tengan la suerte de escucharlos. Aunque estas entidades vivas tal vez tengan lengua,  no pueden pronunciar el santo nombre del Señor Hari. Si el canto en voz alta puede liberar a las entidades vivas que aceptaron cuerpos muy desafortunados de animales, ¿por qué debería prohibirse el canto en voz alta? Una persona egoísta sólo se preocupa por su propio bienestar, pero un devoto abnegado se preocupa con el bienestar de todos. Si entiendes esto, podrás diferenciar cuál de las dos modalidades de canto es más superior”.

Al escuchar las instrucciones inequívocas de Srila Haridasa, el brahmana necio se enfureció todavía más. Él replicó con ira: “¡Haridasa, ahora encima has decidido filosofar! Parece que los seis pensamientos filosóficos hubieran sido destruidos por el tiempo y tú hayas decidido proponer un séptimo. Las escrituras predicen que, al final de la era actual de Kali, las personas de nacimiento inferior se dedicarán a explicar los Vedas. Pero eso ya está ocurriendo, así que, ¿de qué sirve esperar que esta era avance más? Lo único que haces es visitar las casas de diferentes familias para llenarte la barriga con comida. Si descubro que tus explicaciones no son autorizadas, o son contrarias a las escrituras, te cortaré la nariz y las orejas”.

Ante las palabras ásperas del brahmana, Srila Haridasa Thakura sonrió. Sin pronunciar ninguna palabra más, se fue cantando en voz alta los santos nombres del Señor Hari.

Los demás brahmanas de aquella asamblea eran tan pecaminosos como el que había atacado a Haridas con sus palabras. Ellos no aceptaron las explicaciones correctas y autorizadas de Haridasa Thakura, y tampoco condenaron el discurso del brahmana contra Haridasa. Esos hombres sólo tenían el título de brahamanas, pero en realidad eran demonios rakshasas que habían venido del infierno, donde habían sufrido torturas impronunciables en manos de Yamaraja, el dios de la muerte. En Kali-yuga, los rakshasas nacen en familias de brahmanas para poder perjudicar y ofender a las personas piadosas. En el Varaha Purana, el Señor Shiva dice: “En la era de Kali, los demonios rakshasas nacen en familias de brahmanas y torturan a las pocas almas que buscan la trascendencia”.

Unos días después de este incidente con Srila Haridasa Thakura, el degradadobrahmana contrajo un caso tan grave de viruela que se le cayó la nariz. Los ateos continuaron sus críticas ofensivas contra los devotos, y los devotos continuaron sus discusiones trascendentales sobre los temas del Bhagavad-gita y el Srimad-Bhagavatam.

Todo aquel que escuche y repita con fe y devoción las narraciones sobre Haridasa Thakura, verá personalmente al Señor Caitanya.

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