A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada
(Extractos del capítulo 68 de la obra ‘Krishna, la Suprema Personalidad de Dios)
En Dvaraka, Krishna residía con Sus dieciséis mil reinas, y cada una poseía su propio palacio. Si creen que todas estas mujeres sentían la falta de atención de su único esposo en común, entonces se sorprenderán con esta historia del Srimad-Bhagavatam.
El gran sabio Narada oyó que el Señor Krishna se había casado con dieciséis mil princesas luego de haber matado al demonio Narakasura, llamado algunas veces Bhaumasura. Narada se asombró de que el Señor Krishna se hubiera expandido en dieciséis mil formas y se hubiera casado con esas princesas, simultáneamente, en diferentes palacios. Intrigado por saber cómo Krishna estaba manejando Sus asuntos hogareños con tantas esposas, Narada deseó ver esos pasatiempos y, por ello, partió a hacer una visita a los diferentes hogares de Krishna.
Cuando Narada llegó a Dvaraka, vio que los jardines y parques estaban llenos de diversas flores de diferentes colores, y que los huertos estaban sobrecargados de diferentes variedades de frutas. Hermosos pájaros gorjeaban, y los pavos reales cantaban deleitosamente. Había estanques y lagunas llenos de diversas variedades de lirios. Los lagos estaban llenos de hermosos cisnes y grullas cuyas voces resonaban por doquier.
En la ciudad había hasta novecientos mil palacios grandes, construidos de mármol de primera clase, con portones y puertas hechas de plata. Los pilares de las casas y palacios estaban adornados con joyas tales como piedra de toque, zafiros y esmeraldas, y los pisos despedían un hermoso lustre. Las carreteras, las callejuelas, calles, cruces y mercados se encontraban todos hermosamente decorados. Toda la ciudad estaba llena de casas residenciales, casas de asamblea y templos, todos de diferente belleza arquitectónica. Todo esto hacía de Dvaraka una ciudad resplandeciente. Las grandes avenidas, cruces, callejuelas, calles, y también los umbrales de todas las casas residenciales, estaban muy limpios. A ambos lados de todos los senderos había arbustos, y a intervalos regulares había grandes árboles que daban sombra a las avenidas, de manera que la luz del sol no molestara a los transeúntes.
En esta grandemente hermosa ciudad de Dvaraka, el Señor Krishna, la Suprema Personalidad de Dios, tenía muchos lugares de residencia. Los grandes reyes y los príncipes del mundo solían visitar esos palacios sólo para adorarlo a Él. Visvakarma, el ingeniero de los semidioses, hizo personalmente los proyectos de arquitectura, y exhibió todo su talento e ingenio en la construcción de los patios. Estas residencias sumaban en total más de dieciséis mil, y en cada una de ellas vivía una reina del Señor Krishna distinta.
El gran sabio Narada entró en una de esas casas y vio que los pilares estaban hechos de coral y los techos estaban adornados con joyas. Las paredes, así como los arcos que se encontraban entre los pilares, resplandecían por estar decoradas con diferentes clases de zafiros. A todo lo largo del palacio había muchos pabellones, hechos por Visvakarma, que estaban decorados con collares de perlas. Las sillas y otros muebles estaban hechos de marfil, adornados con oro y diamantes, y lámparas enjoyadas disipaban la oscuridad del palacio. Estaba quemándose tanto incienso y goma perfumada, que el humo perfumado salía por las ventanas. Los pavos reales que se encontraban posados en los escalones, fueron engañados por el humo, que tomaron por nubes, y comenzaron a bailar jubilosamente. Había muchas sirvientas, las cuales estaban todas adornadas con collares de oro, pulseras y hermosos saris. También había muchos sirvientes varones, hermosamente vestidos con capas y turbantes y aretes enjoyados. Tan hermosos como se encontraban, los sirvientes estaban todos dedicados a diferentes deberes domésticos.
Narada vio que el Señor Krishna estaba sentado con Rukmini-devi, la señora de ese palacio particular, la cual sostenía el mango de un camara de cola de yaj. A pesar de que había muchos miles de sirvientas igualmente hermosas, capacitadas y de la misma edad, Rukmini-devi estaba personalmente dedicada a abanicar al Señor Krishna. Krishna es la Suprema Personalidad de Dios, adorado incluso por Narada, pero aun así, tan pronto como vio que Narada entraba en el palacio, Krishna se bajó de inmediato de la cama de Rukmini, y se puso de pie para honrarlo. El Señor Krishna es el maestro del mundo entero, y para dar instrucciones a todos en cuanto a cómo respetar a una persona santa como Narada Muni, Krishna se postró tocando el piso con Su yelmo. Krishna no sólo se postró, sino que también tocó los pies de Narada, y con las manos juntas le pidió que se sentara en Su silla.
En Dvaraka, el Señor Krishna disfrutó de los pasatiempos de un ser humano perfecto. Por lo tanto, cuando lavó los pies del sabio Narada y derramó el agua en Su cabeza, Narada no puso objeciones, sabiendo bien que el Señor lo hacía para enseñarles a todos cómo debían ofrecer respetos a las personas santas. La Suprema Personalidad de Dios, Krishna, quien es el Narayana original y el amigo eterno de toda entidad viviente, adoró al sabio Narada, de acuerdo con los principios regulativos védicos. Dándole la bienvenida con dulces palabras nectáreas, Él se dirigió a Narada como bhagavan, o aquel que es autosuficiente y que posee toda clase de conocimiento, renunciación, fuerza, fama, belleza, y otras opulencias similares. Él le preguntó a Narada en particular: “¿Qué puedo hacer para servirte?”.
Narada respondió: “Mi querido Señor, ese tipo de comportamiento que manifiesta Vuestra Señoría no es sorprendente en absoluto, debido a que Tú eres la so y el amo de todas las especies de entidades vivientes. Tú eres el amigo supremo de toda entidad viviente, pero al mismo tiempo eres el castigador de los herejes y de los envidiosos. Yo sé que Vuestra Señoría ha descendido a esta Tierra para el mantenimiento apropiado de todo el universo. Por lo tanto, Tu aparición no es forzada por ningún otro agente. Sólo por tu dulce voluntad, Tú accedes a aparecer y desaparecer. Constituye para mí una gran fortuna el haber podido ver hoy Tus pies de loto. Todo aquel que se apega a Tus pies de loto es elevado a la posición suprema de neutralidad, y se encuentra incontaminado por las modalidades materiales de la naturaleza. Mi Señor, Tú eres ilimitado; no existe límite a Tus opulencias. Grandes semidioses como el Señor Brahma y el Señor Shiva, se encuentran siempre ocupados colocándote a Ti en sus corazones y meditando en Ti. Las almas condicionadas que ahora han sido puestas en el pozo ciego de la existencia material, pueden salir de este cautiverio eterno sólo si aceptan Tus pies de loto. Así pues, Tú eres el único refugio de toda alma condicionada. Mi querido Señor, me has preguntado muy bondadosamente qué puedes hacer por mí. En respuesta a ello, simplemente pido que yo no olvide Tus pies de loto en ningún momento. No me importa dónde pueda encontrarme, Yo sólo imploro que se me permita recordar constantemente Tus pies de loto”.
La bendición que el sabio Narada le pidió al Señor, es la oración ideal de todo devoto puro. Un devoto puro nunca le pide al Señor ningún tipo de bendición material ni espiritual, sino que su única súplica es que no pueda olvidar los pies de loto del Señor en ninguna condición de vida. A un devoto puro no le importa ser colocado en el cielo o en el infierno, él se encuentra satisfecho en cualquier lugar, con tal que pueda recordar constantemente los pies de loto del Señor.
Después de partir del palacio de Rukmini, Naradaji quiso ver las actividades de la potencia interna del Señor Krishna, yogamaya; así que entró al palacio de otra reina. Ahí vio al Señor Krishna dedicado a jugar al ajedrez, juntamente con Su querida esposa y Uddhava. El Señor de inmediato se levantó de Su asiento e invitó a Narada Muni a que se sentara en Su asiento personal. El Señor de nuevo le adoró con tantos enseres de recepción como los que había usado en el palacio de Rukmini. Después de adorarlo apropiadamente, el Señor Krishna actuó como si no supiera lo que había ocurrido en el palacio de Rukmini. Por lo tanto, Él le dijo a Narada: “Mi querido sabio, cuando Su santidad viene aquí, está lleno de sí mismo. Si bien nosotros somos personas casadas y tenemos siempre necesidades, tú no necesitas de la ayuda de nadie pues te encuentras autosatisfecho. Bajo tales circunstancias, ¿qué recepción podemos ofrecerte, y qué pudiéramos darte? Aun así, como Su Santidad es brahmana, es deber nuestro ofrecerte algo, tanto como nos sea posible. Por lo tanto, te suplico que Me des órdenes como gustes. ¿Qué puedo hacer por ti?”
Naradaji sabía todo acerca de los pasatiempos del Señor, así que sin más discusión, simplemente abandonó el palacio en silencio, muy atónito ante las actividades del Señor. Él entró luego en otro palacio. Esta vez, Naradaji vio que el Señor Krishna estaba dedicado a ser un padre afectuoso que mimaba a Sus hijos pequeños. De ahí entró en otro palacio, y vio que el Señor Krishna se estaba preparando para bañarse. De esa forma, el santo Narada entró en todos y cada uno de los dieciséis mil palacios residenciales de las reinas del Señor Krishna, y en cada uno de ellos encontró a Krishna ocupado de diferentes maneras.
En un lugar encontró a Krishna ofreciendo oblaciones al fuego de sacrificio, y realizando las ceremonias rituales de los Vedas, tal como se prescribe para los hombres de familia. En otro palacio encontró a Krishna realizando el sacrificioPañca-yajña, que es obligatorio para un hombre de familia. En un palacio, el Señor Krishna se encontraba dedicado a alimentar brahmanas después de realizar yajñasrituales. En otro palacio, Narada encontró a Krishna dedicado a cantar silenciosamente el mantra Gayatri, y en un tercer palacio, lo encontró practicando lucha con una espada y un escudo.
En algunos palacios, el Señor Krishna se encontraba montando caballos o elefantes o cuadrigas, y moviéndose por todas partes. En otra parte, Él se encontraba acostado en Su cama, descansando, y en otra parte se encontraba sentado en Su silla, y estaba siendo alabado por las oraciones de Sus diferentes devotos. En algunos de los palacios se encontraba consultando a ministros como Uddhava y otros, acerca de importantes asuntos de negocios. En un palacio, Él se encontraba rodeado de muchas jóvenes cortesanas, disfrutando en una piscina. En otro palacio, Él se encontraba dedicado a darles a los brahmanas como caridad vacas bien decoradas; y en otro palacio Él se encontraba escuchando las narraciones de los Puranas o las historias, tales como el Mahabharata, que son Escrituras suplementarias para diseminar el conocimiento védico entre la gente común, mediante la narración de hechos importantes de la historia del universo.
En otra parte, el Señor Krishna se encontraba disfrutando de la compañía de la esposa particular, mediante el intercambio con ella de palabras jocosas. En otro sitio, Él se encontraba dedicado, juntamente con Su esposa, a la ejecución de religiosas funciones rituales. Como es necesario que los hombres de familia aumenten sus bienes financieros para cubrir gastos, Krishna se encontraba en otra parte dedicado a asuntos de desarrollo económico. En otro lugar, Él se encontraba disfrutando de la vida familiar de acuerdo con los principios regulativos de lossastras.
En un palacio, Él se encontraba sentado, meditando, como si estuviera concentrando Su mente en la Suprema Personalidad de Dios, que se encuentra más allá de estos universos materiales. La meditación, tal como se recomienda en Escrituras autorizadas, tiene como propósito el que uno concentre su mente en la so, Vishnu. El Señor Krishna es, en Sí Mismo, el Vishnu original, pero debido a que él desempeña el papel de un ser humano, nos enseñó de forma definitiva, mediante Su comportamiento personal, qué significa la meditación.
En un lugar se observó que el Señor Krishna se encontraba satisfaciendo a superiores ancianos, mediante el suministro de las cosas que necesitaban. En otra parte, Naradaji observó que el Señor Krishna estaba dedicado a discutir temas de lucha, y en otro lugar, a hacer las paces con los enemigos. En un lugar, el Señor Krishna se encontraba discutiendo con Su hermano mayor, el Señor Balarama, acerca de la máxima actividad auspiciosas para toda la sociedad humana. Narada vio al Señor Krishna dedicado a casar, a su debido tiempo, a Sus hijos e hijas con novios y novias adecuadas, y las ceremonias de matrimonio se estaban realizando con gran pompa. En un palacio, Él se encontraba despidiendo a Sus hijas, y en otro, Él se encontraba recibiendo a una nuera. A través de toda la ciudad, la gente estaba asombrada de ver pompa y ceremonias así como éstas.
En un lugar se observó que el Señor se encontraba dedicado a realizar diferentes tipos de sacrificios para complacer a los semidioses, que tan sólo son Sus expansiones cualitativas. En otro lugar se observó que Él se encontraba dedicado a actividades de beneficencia pública, abriendo profundos pozos de suministro de agua, casas y jardines de descanso para invitados desconocidos, y grandes monasterios y templos para las personas santas. Ésos son algunos de los deberes que se encuentran prescritos en los Vedas para los hombres de familia, para el cumplimiento de sus deseos materiales.
En una parte, Krishna se encontraba dedicado, como rey kshatriya, a cazar animales en el bosque, y a montar caballos sindhi, que eran muy hermosos. De acuerdo con las regulaciones védicas, a los kshatriyas se les permitía matar en ciertas ocasiones animales prescritos, bien sea para mantener la paz en la sociedad. En una ocasión, el gran sabio Narada vio al Señor Krishna, la Suprema Personalidad de Dios y el amo de los poderes místicos, actuando como espía mediante el cambio de Su atuendo usual, para conocer las motivaciones de los diferentes habitantes de la ciudad y de los palacios.
El santo Narada vio todas esas actividades del Señor, quien es la Superalma de todas las entidades vivientes, pero que desempeñó el papel de un ser humano ordinario, con el objeto de manifestar las actividades de Su potencia interna. Él sonreía para sus adentros, y comenzó a dirigirse al Señor de la siguiente manera: “Mi querido Señor de todos los poderes místicos, objeto de la meditación de grandes místicos, la extensión de Tu poder místico es ciertamente inconcebible, aun para místicos como el Señor Brahma y el Señor Shiva. Pero por Tu misericordia, debido a que siempre me encuentro dedicado al amoroso servicio trascendental de Tus pies de loto, Vuestra Señoría me ha revelado muy bondadosamente las acciones de Su potencia interna. Mi querido Señor, Tú eres digno de la adoración de todos, y semidioses y deidades regentes de todos los catorce sistemas planetarios, están completamente conscientes de Tu fama trascendental. Ahora bien, por favor dame Tus bendiciones para que pueda viajar por todas partes del universos, cantando las glorias se Tus actividades trascendentales.
La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Krishna, le respondió a Narada de la siguiente manera: “Mi querido Narada, ¡oh, sabio entre los semidioses!, tú sabes que soy el instructor supremo y el perfecto seguidor de todos los principios religiosos, así como la suprema persona que hace cumplir esos principios. Por lo tanto, Me encuentro ejecutando personalmente esos principios religiosos, con objeto de enseñarle a todo el mundo cómo actuar. Mi querido hijo, es Mi deseo que no seas confundido por esas demostraciones de Mi energía interna”.
La Suprema Personalidad de Dios estaba dedicado a Sus supuestos asuntos hogareños, para enseñarle a la gente cómo puede santificar su vida doméstica a pesar de que pueda encontrarse apegada al encarcelamiento de la existencia material. En realidad, a causa de la vida familia, uno está obligado a continuar la permanencia en la existencia material. Pero el Señor, siendo muy bondadoso con las personas casadas, enseñó cuál era el sendero de santificación de la vida familiar ordinaria. La vida de una persona casada que es consciente de Krishna, es trascendental a las normas védicas, y automáticamente está santificada, debido a que Krishna es el centro de todas las actividades.
Así pues, Narada vio a un solo Krishna que vivía en dieciséis mil palacios mediante Sus expansiones plenarias. Debido a Su energía inconcebible, Él se encontraba visible en el palacio que tenía cada reina individual. El Señor Krishna tiene poder ilimitado, y el asombro de Narada no tenía límites, al observar una y otra vez las demostraciones de la energía interna del Señor Krishna. El Señor Krishna se comportó, mediante Su ejemplo personal, como si estuviera muy apegado a los cuatro principios de la vida civilizada, es decir, religiosidad, desarrollo económico, complacencia sensual y salvación. Estos cuatro principios de existencia material son necesarios para el avance espiritual de la sociedad humana, y si bien el Señor Krishna no lo hizo por necesidad, Él exhibió Sus actividades familiares para que la gente pudiera seguir Sus pasos por su propio bien. El Señor Krishna satisfizo al sabio Narada en todos los aspectos. Narada estaba muy complacido de ver las actividades que el Señor tenía en Dvaraka, y así pues, partió.
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Me encanta leer los pasatiempos de krishna es como revivir el ayer y me da paz y tranquilidad, me ayuda a tener una conciencia libre de pensamientos negativos bendiciones y ojala ponga mas pasatiempos para leerlos