A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada
(Extractos del segundo capítulo de ‘Las enseñanzas de Kapiladeva’)
La persona consciente de Krishna sólo quiere servir al más importante de los yogis, Yogesvara, el Señor Supremo.
En el Bhagavad-gita se afirma que nadie puede ser igual ni más grande que la Suprema Personalidad de Dios. Esto se confirma también en los Vedas: eko bahunam yo vidadhati kaman. Él es la entidad viviente suprema, y abastece a todas las demás entidades vivientes de lo que necesitan. De modo que todas las demás entidades vivientes, tanto vishnu-tattvas como jiva-tattvas, están subordinadas a la Suprema Personalidad de Dios, Krishna. Aquí se confirma la misma idea. Na hy asya varshmanah pumsam: De entre las entidades vivientes, nadie puede superar a la Persona Suprema, porque no hay nadie más rico, más famoso, más fuerte, más hermoso, más sabio ni más renunciado que Él. Estas cualidades hacen que Él sea el Dios Supremo, la causa de toda causa. Los yogis están muy orgullosos de sus maravillosas proezas, pero nadie puede compararse con la Suprema Personalidad de Dios.
Todo aquel que esté en contacto con el Señor Supremo es un yogi de primera categoría. Quizá los devotos no sean tan poderosos como el Señor Supremo, pero por estar en constante contacto con Él, se vuelven prácticamente como el propio Señor. A veces hay devotos que manifiestan más poder que el Señor. Por supuesto, se trata de una concesión de Su parte.
Aquí se utiliza también la palabra varimnah, que significa “el yogi más digno de adoración”. Escuchar acerca de Krishna es el verdadero placer de los sentidos; por eso se Le llama Govinda, pues con Sus palabras, Sus enseñanzas, Sus instrucciones —con todo lo que se relaciona con Él—, da placer a los sentidos. Todas Sus instrucciones vienen del plano trascendental y, por ser absolutas, no son diferentes de Él. Escuchar acerca de Krishna, o de Sus expansiones, o las expansiones plenarias como Kapila, da un gran placer a los sentidos. El Bhagavad-gita se puede leer o escuchar muchas veces, pero como da un gran placer, cuanto más se lee, más se quiere leer y entender lo que dice, y en cada ocasión se obtiene mayor iluminación. Ésa es la naturaleza del mensaje trascendental. En el Srimad-Bhagavatam también encontramos esa misma felicidad trascendental. Cuanto más escuchamos y cantamos las glorias del Señor, más felices somos.
Todas las opulencias de la creación se encuentran en Bhagavan. Como se afirma en los Vedas (Katha Upanishad 2.2.13):
nityo nityanam cetanas cetananam
eko bahunam yo vidadhati kaman
Nitya, Bhagavan, es singular, y nityanam es plural, las jivas, los seres vivientes.Nityo nityanam: Nosotros somos muchos, pero Dios es uno. No hay límite al número de jivas; nadie las puede contar. La palabra ananta significa que son innumerables. A todas esas jivas o entidades vivientes las mantiene el Ser Supremo único. No podemos imaginar la cantidad de entidades vivientes que mantiene el Señor Supremo. Los grandes elefantes, las pequeñas hormigas, la totalidad de las 8.400.000 especies de vida: a todos los mantiene Bhagavan. ¿Por qué nos preocupamos pensando que no nos vaya a mantener a nosotros? Los devotos del Señor, que se han refugiado a Sus pies de loto, haciendo a un lado todo lo demás simplemente para prestarle servicio, recibirán ciertamente Su protección. En nuestro movimiento para la conciencia de Krishna tenemos más de cien centros, y Krishna los está manteniendo todos.
En el Bhagavad-gita, Krishna nunca dice: “Haz esto o aquello, y entonces te mantendré”. Por el contrario, no solamente declara que nos va a mantener, sino también que nos protegerá de los resultados del pecado, del karma pecaminoso (Bg. 18.66). Todo eso es lo que nos garantiza el Señor.
Tasyaiva hetoh prayateta kovidah. La palabra kovidah significa “inteligente”. La persona inteligente debe tratar de refugiarse en los pies de loto de Krishna. El verdadero propósito de la vida humana es ponernos en contacto con los pies de loto de Krishna. Ése debe ser nuestro único interés. La palabra upari indica los sistemas planetarios superiores. Hay siete sistemas planetarios superiores, y nosotros estamos en el sistema intermedio, Bhurloka. En este universo hay catorce sistemas planetarios, y las entidades vivientes vagan con diferentes formas corporales por diferentes planetas. Según el karma, la entidad viviente a veces asciende y a veces desciende. De este modo, anda errante, pensando en cómo puede conseguir la felicidad material y satisfacer sus sentidos. Los sastras dicen que no es esto lo que debemos hacer, que nuestro deber es esforzarnos por entender a Krishna. No tenemos que preocuparnos por comer y dormir, pues la satisfacción de las necesidades del cuerpo está ya dispuesta. Para mantener el cuerpo, no es necesario hacer esfuerzos adicionales.
tal labhyate duhkhavad anyatah sukham
kalena sarvatra gabhira-ramhasa
Nuestro único esfuerzo debe ser la búsqueda de la felicidad; ésa es nuestra verdadera lucha por la existencia. Según los sastras: tal labhyate duhkhavat. La palabra duhkhavat indica que aunque no queremos sufrir, sufrimos de todo modos. Para sufrir, no es necesario hacer ningún esfuerzo adicional. Nadie dice: “¡Ojalá se me incendie la casa!”, o: “¡Que se muera mi hijo”. Nadie aspira a que le ocurran esas cosas, pero, aun así, ocurren. Todo el mundo piensa: “¡Ojalá gane mucho dinero!”, o: “¡Que mi hijo sea feliz!”. No rezamos pidiendo catástrofes, pero, aun así, vienen sin que nadie las invite. Del mismo modo, la felicidad que tengamos destinada vendrá también sin que la pidamos. La conclusión es que no debemos esforzarnos por eso que se llama felicidad o aflicción, sino que debemos tratar de alcanzar aquella posición desde la cual podamos entender a Krishna y conseguir el refugio de Sus pies de loto. Eso es lo único por lo que deben esforzarse los seres humanos. Fue Caitanya Mahaprabhu quien dijo a Rupa Gosvami:
brahmanda bhramite kona bhagyavan jiva
guru-krishna-prasade paya bhakti-lata-bija
“La entidad viviente vaga hacia arriba y hacia abajo, de un planeta a otro, y es muy afortunada si, por la misericordia del maestro espiritual y del propio Krishna, puede obtener la semilla del servicio devocional a Krishna” (Cc. Madhya 19.151).
El movimiento para la conciencia de Krishna es un intento de hacer que la gente se vuelva afortunada. En esta era, todos son desafortunados (manda-bhagyah), pero nosotros estamos tratando de cambiar la situación.
En esta vida estamos creando nuestro propio karma, nuestro próximo cuerpo. Ahora estamos disfrutando o sufriendo como resultado de nuestro karma pasado, y, de la misma forma, estamos creando más karma para nuestro próximo cuerpo. En realidad, deberíamos obrar de tal manera que no recibiéramos otro cuerpo material. ¿Cómo se puede hacer eso? Simplemente tratando de entender a Krishna. Como dice Krishna en el Bhagavad-gita (4.9): “¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna”.
Esto parece muy sencillo, pero en realidad entender a Krishna es muy difícil. Si nos volvemos devotos de Krishna, entender a Krishna es fácil. Pero si tratamos de entenderle por medio de jñana, karma o yoga, nos veremos frustrados. Hay muchas clases de yogis, pero aquel que está consagrado a Krishna es el más elevado. Sri Krishna está muy por encima de todos los procesos de yoga. En la India hay muchos yogis que pueden exhibir maravillas mágicas. Pueden caminar sobre el agua, volverse muy livianos o muy pesados, etc. Pero, ¿qué es eso, comparado con los poderes místicos de Krishna? Por Sus potencias, grandes planetas flotan en el espacio. ¿Quién puede arreglárselas para hacer flotar en el aire aunque sólo sea una pequeña piedra? Puede que a veces un yogi muestre un poquito de poder místico y cree un poco de oro, y somos tan necios que creemos que es Dios, olvidando que el verdadero yogi, el propio Señor Supremo, ha creado millones de minas de oro y las ha puesto a flotar en el espacio. A las personas conscientes de Krishna no las engañan yogis que pretenden ser Bhagavan. La persona consciente de Krishna sólo quiere servir al más importante de los yogis, Yogesvara (varimnahsarva-yoginam). Como estamos tratando de volvernos Sus devotos, aceptamos que el Señor Supremo, Yogesvara, es la Suprema Personalidad de Dios. El propio Krishna afirma en el Bhagavad-gita (18.55): “Únicamente se Me puede comprender tal y como soy, como la Suprema Personalidad de Dios, por medio del servicio devocional. Y cuando, mediante esa devoción, se tiene plena conciencia de Mí, se puede entrar en el Reino de Dios”.
En realidad este proceso es muy sencillo. Ante todo, hay que entender que el primer problema es conquistar la muerte. Ahora pensamos que la muerte es inevitable, pero en realidad no lo es. Puede que le encierren a uno en la cárcel, pero la cárcel no es algo inevitable. Si por sus acciones uno es un criminal, le encerrarán en la cárcel. Pero ir a la cárcel no es obligatorio para todo el mundo. Como entidades vivientes, el lugar que nos corresponde es Vaikunthaloka.
“Existe otra naturaleza no manifiesta, que es eterna y trascendental a esta materia manifestada y no manifestada. Es suprema y nunca es aniquilada. Cuando todo en este mundo es aniquilado, esa parte permanece tal como es. Aquello que los vedantistas describen como no manifiesto e infalible, aquello que se conoce como el destino supremo, ese lugar del cual, una vez alcanzado, nunca se regresa, ésa es Mi morada suprema” (Bg. 8.20-21).
En Vaikunthaloka está todo. Allí podemos tener una vida eterna, bienaventurada y llena de conocimiento (sac-cid-ananda). Estar pudriéndose en este mundo material no es algo inevitable. La manera más fácil de ir a los Vaikunthalokas es:janma karma ca me divyam evam yo vetti tattvatah. Tratar sencillamente de entender a Krishna: ¿por qué viene?, ¿cuáles son Sus actividades?, ¿de dónde viene?, ¿por qué viene con forma de ser humano? Lo único que tenemos que hacer es tratar de entender eso y estudiar a Krishna tal y como Él mismo Se da a conocer en el Bhagavad-gita. ¿Qué tiene eso de difícil? Dios mismo explica exactamente cómo es Él, y si aceptamos el Bhagavad-gita tal como es, ya no tendremos que continuar transmigrando. Tyaktva deham punar janma naiti. No tendremos que someternos a más nacimientos y muertes, pues podemos alcanzar nuestros cuerpos espirituales (sac-cid-ananda-vigraha) y vivir felices en la familia de Krishna. Krishna nos está sustentando aquí, y también allá nos proveerá de lo que necesitemos. De modo que debemos saber que nuestra felicidad está en regresar al hogar, de vuelta a Dios, donde podemos comer, beber y divertirnos en compañía de Krishna.