Srila Prabhupada tiene la cualidad de convocar a todos. Él se relaciona perfectamente con sus discípulos jóvenes pese a que, materialmente hablando, nos separen dos o tres generaciones. Aunque haya una amplia diferencia entre nuestra cultura y nuestra comprensión espiritual, entre nosotros no hay barreras. Él es simpático y posee una afinidad perfecta con nosotros. La razón por la que él puede relacionarse con nosotros de un modo tan maravilloso fue revelada poco después de la clase.

Nos encontrábamos en su sala de estar, hablando sobre envejecer, y, en un momento dado, Prabhupada se levantó de su escritorio. Sus ojos brillaban resplandecientes y dijo con naturalidad y convicción: «¡Yo no soy un hombre viejo! ¡Nunca envejeceré!» Todos nos reímos. Prabhupada es un alma autorealizada. Él no se identifica con su cuerpo y tampoco nos ve como entidades materiales. Se relaciona con nosotros como un alma espiritual se relaciona con otra. Todos fuimos creados para servir al Supremo. En ese sentido, él no se percibe a sí mismo como superior a nosotros, aunque mantiene intacta la relación formal entre el guru y el discípulo. El humilde servicio de Prabhupada consiste en llevarnos de regreso a Krishna, y nuestro humilde servicio a Krishna es servir a Srila Prabhupada.

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Prabhupada considera la vida de Prahlada Maharaja como una gran inspiración y, a menudo, cuando predica, se refiere a su comportamiento como ejemplar. En una carta reciente, Yogeschandra Dasa solicitaba las bendiciones de Prabhupada para un grupo de ocho hombres que van a colectar fondos para el templo de Mayapur. «Ustedes siempre cuentan con mis bendiciones», respondió Prabhupada. «El padre siempre desea que el hijo sea más exitoso que él mismo. Ese es el concepto espiritual. Cuando las cosas nos van bien, las personas materialistas sienten envidia y tratan de frenar nuestro progreso. Esto es lo que pasó realmente con Prahlada Maharaja. Él sólo tenía cinco años y predicaba la conciencia de Krishna a sus compañeros de escuela, y su padre, Hiranyakasipu, sintió tanta envidia que intentó matarle de muchas maneras. La conciencia de Krishna es justamente lo opuesto. Si a alguien le va bien, entonces el devoto le brinda todas las facilidades para que continúe y mejore cada vez más».

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