Los científicos siempre hablan mucho y dicen que la vida viene de la materia y que es meramente una combinación de químicos. No obstante, la vida ocurre a cada momento, en todas partes, y ellos todavía no pueden decir de qué combinación se trata, como tampoco pueden reproducirla. Asimismo, los grandes monos, compañeros de Hanuman, eran muy fanfarrones y se jactaban, pero cuando llegó la hora de saltar de India a Sri Lanka, se sintieron «melancólicos». Por la gracia del Señor Rama, solo Hanuman pudo hacerlo. De todos modos, a pesar de que Prabhupada critica con humor y, en ocasiones, condena a los científicos materialistas modernos, nos advirtió que cualquier intento por predicar a un científico se debía hacer con mucha astucia.
Cuando Alanatha, un devoto europeo, le contó sus planes de publicar una revista en sueco, incluyendo artículos desafiando a los científicos materialistas, Prabhupada le previno:
―No escribas ninguna tontería. Debe ser algo concreto. De otro modo, te convertirás en el hazmerreír. Tenemos que estar seguros cuando desafiamos a los demás. En todos los casos, debemos ser capaces de defendernos de los elementos opositores. De esa forma, tal desafío estará bien. Nosotros estamos seguros de que no se puede fabricar el alma mediante alguna combinación material. Podemos desafiarles en ese aspecto. Y podemos defendernos por completo.
En la clase, Prabhupada continuó hablando del mismo tema. Dijo que civilización moderna significa aumentar la matanza. En pro del progreso científico, el hombre moderno se ha vuelto experto en matar a los menos afortunados, los pollos, las vacas, los bebés e incluso sus propias almas. El gobierno lo fomenta: «Uno, dos, tres, ¡Basta!», aconsejando a la gente a que limite el tamaño de sus familias a un máximo de tres miembros, valiéndose de la anticoncepción o el aborto. Pero aquellos que no controlan sus sentidos, emplean mal sus vidas y todo lo demás. Prabhupada explicó que a estas personas les cuesta concebir una vida sin gratificación de los sentidos, y quieren comer, dormir y tener sexo casi ilimitadamente.
Recordó que en los primeros días de ISKCON, los vecinos de Nueva York protestaban por el canto de la mañana.
―Al principio, en nuestro centro de la Segunda Avenida, realizábamos nuestra plegaria matutina a las 7 de la mañana, no demasiado temprano. Y varios vecinos, semi-desnudos, iban a quejarse al administrador. «Don Judah, ¿qué está pasando? ¿Qué está pasando? ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!» Y Don Judah solía decir: «No, no, ellos no pararán. Tienen que ir a la policía». Y, a veces, la policía venía para detenernos, pero nosotros no parábamos.
Esto provocó las risas de los devotos reunidos. Srila Prabhupada continuó:
―Así pues, ajitatmanah. La vida humana está creada para obtener la victoria sobre los sentidos. «No, mejor ser una víctima de los sentidos». Así es la civilización moderna.
Nos advirtió sobre el peligro de apegarnos demasiado a la vida familiar, la cual los Vedas comparan a un pozo oscuro. Nos dijo que, en la civilización védica, era obligatorio retirarse a los cincuenta años de edad. De otro modo, la persona se convierte en un atma-ghatam, un matador del alma.
Ahora hay un número creciente de jefes de familia y mujeres con niños quedándose en nuestro ashrama, y parece que muchos han decidido instalarse. Vivir en Vrindavana y criar aquí un niño es ciertamente muy atractivo para cualquier devoto, pero Prabhupada nos advirtió que debemos conducir nuestras actividades en el santo dhama con mucho cuidado.
―Las personas que no observan las reglas y regulaciones se llaman ajitatmanah, víctimas de los sentidos. Se ocupan en dormir el máximo posible. Pasan sus días sin obtener ningún beneficio, nisphalam, sin ningún resultado. Si no somos serios en relación al valor de esta forma humana de vida, quizás perderemos nuestro tiempo durmiendo. Pero no. Si seguimos a nuestros predecesores, a nuestros Gosvamis, que eran todos ministros y vinieron a Vrindavana a practicar… ¿a practicar qué? Nidrahara viharakadi-vijitau, a conquistar el sueño, a conquistar las actividades de comer y aparearse. Y al venir a Vrindavana, si no aceptamos conquistar esas actividades, ¿para qué venimos aquí? Mejor ir al infierno y vivir allí.
Hare Krishna Devotos, acepten mis humildes reverencias. Todas las glorias a Srila Prabhupada!
Muy agradecida por compartir estos pasatiempos de Srila Prabhupada y permitirme asociarme de esta manera.
Realmente me siento muy bendecida de haber conocido este Movimiento para la Conciencia de Krishna y eternamente estoy endeudada con Srila Prabhupada por haberme hecho participe de esta gran Mision de predica y haberme dado su refugio en este gran barco que se dirige hacia el Mundo Espiritual.
El sacrificio que ha hecho Srila Prabhupada es digno unicamente de un Devoto Puro.
Gracias a todos los Vaisnavas,
Su Sirvienta,
Ananda Krishna d.d