Giriraja Swami

La palabra vegetarianismo, establecida por los fundadores de la Sociedad Vegetariana Británica en el año 1842, proviene de la palabra latina «vegetus», que significa «integral, sano o vivo». El significado original de la palabra sugiere mucho más que una dieta exclusiva de verduras, sino también un estilo de vida equilibrado, filosófico y moral. Por lo tanto, la clave para ser vegetariano es mucho más que evitar comer carne: es reconocer el origen de todas las formas de vida.

A finales del año 1977, recibí la llamada de Sri Bhari B. R. Malhotra, un prominente empresario que residía en Pune, India. Me invitaba a dar una charla sobre el «Respeto por todas las formas de vida» en una conferencia. Tomando en cuenta la relación entre los Malhotras y Srila Prabhupada (éste se refería a ellos como «nuestros buenos amigos»), acepté, ansioso por presentar el mensaje de Krishna.

La lista de organizadores de la conferencia era impresionante. Se habían reunido representantes destacados de diversas culturas y áreas con el objetivo de promover el vegetarianismo. La conferencia se realizó en uno de los hoteles más prestigiosos de Pune. En el palco estaban los líderes de diferentes ámbitos religiosos, políticos, científicos, empresarial, de trabajo social e incluso militares. Miles de representantes del mundo estaban presentes en la audiencia.

El programa comenzó con un representante de cada religión entonando una breve oración. A continuación, cada miembro de la audiencia encendió una lamparita sagrada. Uno tras otro, los ilustres oradores clamaron por compasión, no violencia y respeto por todas las formas de vida. Finalmente, llegó mi turno.

«Estoy muy contento de estar entre ustedes, damas y caballeros, y me gustaría expresar mi gratitud a los organizadores, especialmente a mi querido amigo Sri Bhari Malhotra, a su hermano mayor, Sri S. P. Malhotra, y a todas las demás grandes almas que ayudaron a organizar este evento y hacer que fuera un éxito».

«Estamos aquí para apreciar y desarrollar respeto por todas las formas de vida. ElBhagavad-gita, que explica de forma científica el Alma Suprema y Su relación con el alma individual, dice que cada forma de vida emana de la vida suprema, o Dios, conocido en sánscrito como Krishna. Cuando sentimos respeto por Dios, naturalmente sentimos respeto por todas las formas de vida. Si amamos a Dios, naturalmente amamos a cada entidad viva, que provienen de Él. El Señor Krishna declara en el Bhagavad-gita, mamaivamsho jiva-loke jiva-bhutah sanatanah: «Las entidades vivientes de este mundo condicionado son Mis partes fragmentarias eternas».

«El Bhagavad-gita también explica que una persona erudita ve a todas las entidades vivas con ecuanimidad (panditah sama-darshinah), porque ve la misma alma dentro de los diferentes tipos del cuerpo. Mi maestro espiritual, Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, solía decir: ‘Queremos hermandad, pero, ¿qué significa ser hermanos?’. Cuando sabemos que Dios es el padre supremo, podemos entender que Él se sentirá satisfecho si tratamos bien a Sus otros hijos. Sin embargo, si intentamos explotar a los demás y somos violentos unos con otros, no podremos satisfacer al padre supremo. Y si Dios no está satisfecho, no podemos conseguir paz y prosperidad en el mundo».

«Los animales también son hijos de Dios, aunque su inteligencia no esté tan desarrollada. Ellos son como niños humanos, que tampoco han desarrollado su inteligencia, y no son capaces de hablar o defenderse. Sin embargo, en una familia, el fuerte protege al más débil. Si el hermano mayor y más fuerte torturara al bebé, se consideraría un criminal. ¡El padre se enfadaría y perturbaría mucho! Los animales deben ser tratados como nuestros hermanos y hermanas más pequeños, debemos protegerlos, no explotaros y matarlos para poder comernos su carne».

«A través de la conciencia de Krishna, comprendiendo que Dios es el padre supremo de todas las entidades vivas, podemos alcanzar la hermandad y la unión entre todos los seres vivos».

«Hoy escuchamos discursos hermosos. Me sentí iluminado oyendo los nobles pensamientos que expresaron nuestros queridos participantes. Escuchamos sobre la necesidad de amor, compasión y respeto por todas las formas de vida. Oímos acerca de los horrores de la crueldad y la violencia que sufren los seres vivos menos afortunados. No obstante, en la realidad encontramos muchísimos seres humanos que no aman tanto como deberían, ni tienen tanta compasión o respeto como deberían. Así pues, ¿cómo podemos generar amor y otros sentimientos más refinados? Hace falta un proceso».

«El Bhagavad-gita, así como otras Escrituras del mundo, nos aconseja que adoptemos un proceso espiritual para poder desarrollar amor por Dios, que naturalmente incluye amar a todas las entidades vivas. El mejor proceso que se recomienda en esta era es el canto de los santos nombres. Las Escrituras védicas recomiendan lo siguiente: harer nama harer nama harer namaiva kevalam/ kalau nasty eva nasty eva nasty eva gatir anyatha, ‘En esta era de Kali no hay ningún otro medio, ningún otro medio, ningún otro medio para alcanzar la perfección espiritual, que cantar el santo nombre, cantar el santo nombre, cantar el santo nombre de Sri Hari’».

«El Corán también aconseja entonar los nombres de Dios. Durante muchos años, tuve la oportunidad de ir a Paquistán para transmitir la conciencia de Krishna. Tuve el placer de conocer a algunos musulmanes amigos nuestros muy eruditos. Así como los hindúes tienen el Vishnu-sahasra-nama, ‘Los mil nombres de Vishnu’, los musulmanes tienen los ‘Noventa y nueve nombres de Dios’. El Corán(7.180) afirma: ‘Los nombres más bellos pertenecen a Dios, por lo tanto, llamadlo por Su nombre’. Y los musulmanes eruditos comprenden que pueden alcanzar la perfección de la vida cantando el santo nombre de Dios a la hora de la muerte. Con mis amigos musulmanes también aprendí que el vegetarianismo forma parte de las enseñanzas del Corán, y vi un libro de un doctor musulmán llamado El vegetarianismo y el Corán. Similarmente, la Biblia prescribe que se debe alabar el nombre de Dios con címbalos y tambores».

«Por lo tanto, cantar los santos nombres del Señor es un proceso universal que se recomienda en todas las Escrituras de la era actual, y si no adoptamos un medio práctico para purificar nuestro corazón del odio, la ira y la violencia, nuestros esfuerzos no servirán. Por lo tanto, hoy hago un llamamiento. Muchos de ustedes son líderes importantes en la sociedad. Incluso aquellos entre nosotros que no somos grandes líderes, lo somos en nuestra sociedad, en nuestra comunidad, en nuestra familia. Por favor, consideren la necesidad de cantar los santos nombres de Dios para purificar nuestros corazones del deseo pecaminoso de ser violentos con otras entidades vivas».

«Tenemos la experiencia práctica de los efectos del canto de los nombres de Dios. La literatura védica explica que en esta era de Kali, el propio Señor, Sri Krishna, aparece como Sri Krishna Chaitanya. Hace quinientos años, Chaitanya Mahaprabhu predijo lo siguiente: prithivite ache yata nagaradi grama/ sarvatra prachara hoibe mora nama: ‘Mi nombre será cantado en todas las aldeas y ciudades del mundo’».

«El fundador y maestro espiritual de ISKCON, Su Divina Gracia A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, fue el instrumento para concretizar la predicción del Señor Chaitanya. ¿Y cuáles fueron las consecuencias? Las personas que estaban viciadas a todo tipo de malos hábitos, abandonaron sus actividades depravadas y están siguiendo los principios regulativos: no comen carne, pescado ni huevos, no se intoxican, no se involucran en juegos de azar, y no practican sexo ilícito. Las personas que comían carne desde su infancia, y que lo hacían porque no sabían que era algo erróneo, se volvieron vegetarianos, o ‘Krishnarianos’, y ahora sólo comen alimento santificado ofrecido al Señor. La potencia del canto de los nombres de Dios es muy grande. Y estoy seguro que nuestros esfuerzos por respetar todas las formas de vida y acabar con la violencia innecesaria, pueden ser exitosos sólo si las personas se ocupan en cantar los santos nombres de Dios. Muchas gracias, Hare Krishna».

Sri Bhari Malhotra dijo con entusiasmo: «¿Por qué no cantamos todos juntos?».

Yo continué: «En realidad, estos nombres de Dios no son sectarios. Dios no es hindú, musulmán o cristiano. Sólo existe un Dios, el padre supremo de todos nosotros. Y Él no es hindú, ni cristiano ni musulmán, sino el espíritu supremo».

«Cantemos Hare Krishna, y si después alguno de ustedes quiere liderar el canto de otro nombre de Dios, lo acompañaremos con alegría».

Enseñé a la audiencia a cantar el mantra Hare Krishna, cantando conmigo un trecho del mantra, primero cada dos palabras, y entonces cada cuatro, ocho y, finalmente, las dieciséis palabras. Al final, casi toda la audiencia, damas y caballeros de distintos credos, se levantaron y batieron palmas cantando Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare.

Y entonces pensé: «La conferencia ha sido todo un éxito. Los participantes han cantado los santos nombres de Krishna, el origen de todas las formas de vida».

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