A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada

Según Srila Rupa Gosvami, existen seis obstáculos en la ejecución del servicio devocional, así como seis actividades que favorecen el servicio devocional. En este artículo, Srila Prabhupada comenta cada uno de ellos de manera práctica y profunda.

Según Srila Rupa Gosvami, existen seis obstáculos en la ejecución del servicio devocional, así como seis actividades que favorecen el servicio devocional

El primer obstáculo es atyahara: comer en exceso o acumular más riquezas de las que necesitamos. Cuando soltamos las riendas de nuestros sentidos para poder disfrutar al máximo, nos degradamos. Por lo tanto, un devoto tan sólo ha de comer lo suficiente para poder mantener el cuerpo y el alma unidos; no debe darle permiso ilimitado a su lengua, dejándole comer todo lo que quiera. El Bhagavad-gita y los grandes acaryas, o maestros espirituales, prescribieron ciertos alimentos para los seres humanos, y quienes comen esos alimentos se sitúan en la modalidad de la bondad. Estos alimentos incluyen granos, frutas, legumbres, verduras, productos lácteos y azúcar – nada más. Un devoto no come de forma extravagante; simplemente come lo que le ofrece al Señor Supremo, Krishna. Al devoto le interesa el krishna-prasada (alimento ofrecido a Dios), y no quiere satisfacer su lengua. Por lo tanto, no quiere nada extraordinario para comer.

Comer demasiado es uno de los hábitos que impiden la ejecución del servicio devocional.

De manera similar, un devoto no desea acumular una gran cantidad de dinero: sólo gana lo que necesita. Esto se llama yavad-artha, o yuktahara. En el mundo material todo el mundo quiere ganar más y más dinero, comer y dormir más, y gratificar sus sentidos – esa es la misión en la vida de la mayoría de personas. No obstante, esas actividades no deben estar presentes en la vida de un devoto.

El próximo obstáculo que menciona Srila Rupa Gosvami es prayasa: realizar un gran esfuerzo para obtener cosas materiales. Un devoto no debe sentir mucho entusiasmo para alcanzar alguna meta material. No debe ser como las personas que se ocupan en actividades fruitivas, que trabajan muy duro día y noche para lograr conquistas materiales. Todas esas personas tienen alguna ambición – volverse un gran empresario, ser dueño de una empresa, convertirse en un gran poeta o filósofo. Sin embargo estas personas no saben que aunque satisfagan su ambición, el resultado será temporal. Tan pronto como se termine el cuerpo, también se acabarán todos sus logros materiales. Ninguna persona se lleva sus conquistas materiales. Lo único que puede llevarse consigo son sus logros en el servicio devocional; eso es lo único que no se pierde jamás.

Un devoto no se ocupa en conversaciones innecesarias sobre política y economía.

El próximo obstáculo en el servicio devocional es prajalpa: hablar de asuntos mundanos. Muchas personas conversan innecesariamente sobre los hechos que publican diariamente los periódicos, y gastan su tiempo sin conseguir nada a cambio. No obstante, un devoto es muy estricto en cuando a seguir las reglas y regulaciones ritualistas que se mencionan en los Vedas. Pero enamorarse de esos rituales también se considera un obstáculo, llamado niyamagraha. Como el devoto se ocupa completamente en el servicio supremo al Señor, automáticamente cumple todas las demás obligaciones y no tiene que ejecutar todos los detalles de los rituales védicos. Tal como dice el Srimad-Bhagavatam (11.5.41):

devarsi-bhutapta-nrinam pitrinam
na kinkaro nayam rini ca rajan
sarvatmana yah saranam saranyam
gato mukundam parihritya kartam

“Todos los seres humanos que nacen en este mundo contraen inmediatamente una deuda con los semidioses, los grandes sabios, las entidades vivientes comunes, la familia, la sociedad y así sucesivamente. Sin embargo, la persona que se rinde a los pies de loto del Señor y se ocupa completamente en Su servicio no tiene deudas con nadie. En otras palabras, no tiene ninguna obligación a no ser prestar servicio devocional”.

Finalmente, un devoto no debe ser avaricioso (laulyam), ni debe relacionarse con cualquier persona materialista (jana-sanga).

Esos son los seis “no” para un devoto. Por lo tanto, quien quiera alcanzar la perfección en el amor a Dios, debe abstenerse de estas cosas.

Similarmente, hay seis elementos positivos para el avance en el servicio devocional. Primero, al mismo tiempo en que la persona no debe tener entusiasmo por conseguir cosas materiales, debe tener mucho entusiasmo por alcanzar el estado de la perfección en el servicio devocional. Ese entusiasmo se llama utsaha. La entidad viviente no puede parar de actuar. Por lo tanto, cuando se le prohíbe que tenga entusiasmo por conquistar metas materiales, inmediatamente se le debe animar a tener entusiasmo para lograr conquistas espirituales. El entusiasmo es un síntoma de la entidad viviente; no puede ser interrumpido. Es como un invento poderoso: si se usa apropiadamente, generará resultados abundantes. Por lo tanto, se debe purificar el entusiasmo. En vez de usarlo para conquistar metas materiales, se debe tener entusiasmo para alcanzar el estado de la perfección del servicio devocional. De hecho, Krishna adviene en este mundo material para entusiasmar a Sus devotos en el servicio devocional.

Cuando a una persona se le prohíbe tener entusiasmo para conquistar metas materiales, inmediatamente se le debe animar a tener entusiasmo para lograr conquistas espirituales.

El próximo elemento favorable para el servicio devocional es niscaya: confianza. Cuando una persona está desanimada en el servicio al Señor Supremo, debe rechazar ese desánimo y sustituirlo por la confianza en conquistar la meta final, el amor a Dios. El devoto debe seguir pacientemente las reglas y regulaciones del servicio devocional hasta que llegue el día en que, muy de repente, obtenga la perfección completa del servicio devocional. Él no debe lamentarse por ninguna pérdida o contrariedad en su avance en la vida espiritual. Esa paciencia (dhairya) es el tercer elemento positivo para avanzar en el servicio devocional.

Además, un devoto puro no siente envidia, odio o pereza en su servicio devocional. Él confía en su avance y realiza continuamente sus deberes devocionales prescritos. Eso se llama tat-tat-karma-pravartana.

Los dos últimos elementos son sanga-tyaga, “abandonar la compañía de no devotos”, y sato-vritti, “seguir los pasos de los acaryas anteriores”. Esas prácticas ayudan inmensamente al devoto a permanecer fijo en el camino del servicio devocional y evitar la tendencia a disfrutar de cosas materiales temporales. De esa forma, las actividades de un devoto permanecen siempre puras y sin ninguna contaminación del mundo material.

 

2 comentarios

  1. Muchas gracias. Muy puntal y claro

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