Rohininandana Dasa
En realidad, Krishna está siempre presente en todas partes. Por eso, invitarle significa que apreciamos Su presencia absoluta en todas partes y Su dominio de todo.
En un fragmento del Srimad‑Bhagavatam (1.11.13‑15) en el que se vuelve a contar la vuelta del Señor Krishna a su ciudad, Dvaraka, advertimos como los devotos casados le daban la bienvenida y lo adoraban:
«La entrada de la ciudad, las puertas de las casas y los arcos festoneados que había a lo largo de los caminos, estaban todos bellamente decorados con símbolos festivos, tales como matas de plátano y hojas de mango, todo para darle la bienvenida al Señor. Banderas, guirnaldas y letreros y lemas pintados, se combinaban todos para proteger de la luz del sol. Las carreteras, vías subterráneas, callejuelas, mercados y lugares públicos de reunión se limpiaron todos a fondo, y luego se regaron con agua perfumada. Y para darle la bienvenida al Señor por todas partes se esparcieron frutas, flores y semillas enteras. En todas y cada una de las puertas de las residencias se exhibían cosas auspiciosas, tales como cuajada, frutas enteras, caña de azúcar y vasijas llenas de agua, junto con artículos para la adoración, incienso y velas.
En el significado, Srila Prabhupada escribe: «El proceso de recibimiento, conforme a los ritos védicos, no es en absoluto seco. El recibimiento no solo se hacía decorando los caminos y calles como se dijo antes, sino, además, adorando al Señor con los elementos necesarios, tales como incienso, lámparas, flores, dulces, frutas y otros sabrosos comestibles, conforme a las posibilidades de cada cual».
El Bhagavatam describe también que estas ceremonias al Señor eran como «ofrecerle una lámpara al sol», porque nada puede ofrecerse al Señor Krishna que él no tenga. Él está totalmente satisfecho y es autosuficiente, y con Su poder cubre sin descanso las necesidades de todo el mundo. De igual manera que cuando uno adora a la deidad del sol le ofrece una llama, o adora al Ganges ofreciéndole agua del Ganges, uno debe ofrecer a Krishna algo que proporciona su energía. Así pues Krishna menciona en el Bhagavad-gita que Él acepta el amor y la devoción que se impregna en el regalo más que el regalo mismo.
En el Padma Purana el Señor Krishna dice: «No estoy en Vaikuntha (el mundo espiritual), ni en los corazones de los yoguis. Me alojo en donde los devotos glorifican Mis actividades». Esto quiere decir que ustedes y yo podemos darle la bienvenida a Krishna en nuestros hogares. Lo que fue posible hace 5 000 años es posible hoy, porque Krishna está disponible tanto ahora como entonces.
Pero, ¿cómo es posible que podamos invitar al Señor Krishna, la persona más famosa, rica y poderosa de toda la creación material y espiritual, a nuestras insignificantes casas? Después de todo, quizás no tengamos el amor necesario que impregne nuestras ofrendas. Quizás no seamos devotos puros y ni siquiera pasemos gran parte de nuestro tiempo glorificando las actividades de Krishna.
Sin embargo, podemos tener esperanza cuando consideramos que Krishna se manifiesta eternamente de dos modos en el mundo material: en la forma de la Deidad y en su santo nombre. Del mismo modo en que podemos cantar fácilmente Hare Krishna en cualquier momento y lugar, y así estar en contacto con Krishna, de igual manera podemos también invitar al Señor a entrar en nuestras vidas por medio de la imagen de la Deidad.
El Srimad‑Bhagavatam enumera ocho materiales con los que puede hacerse una Deidad: madera, piedra, barro, pintura (un cuadro), arena, joyas, metal, o cualquier forma concebida dentro de la mente. Podemos coger alguno de estos ocho materiales, la mayoría de ellos fáciles de conseguir, y darle la forma según las descripciones que se dan en las Escrituras y para nuestra gran fortuna, Krishna puede elegir estar presente allí.
Una vez, cuando Srila Prabhupada estaba a punto de tomar un avión, un niño pequeño le dio un dibujo de Krishna hecho a lápiz. Prabhupada se pasó el viaje contemplándolo mientras cantaba en sus cuentas. Ese dibujo era una imagen de la Deidad del Señor.
En realidad, Krishna está siempre presente en todas partes. Está en el sonido, en nuestros hogares y corazones. Por eso invitarle significa que apreciamos Su presencia absoluta en todas partes y Su dominio de todo. Cuando invitamos a Krishna con sinceridad, consiguiendo adorar a las Deidades en piedra, metal o madera, o colocando Su imagen en la pared, en nuestro altar o dentro de nuestro corazón, Él puede manifestar Su presencia allí. Quizás te hayas dado cuenta del uso de la palabra «puede». No podemos obligar o esperar que el Señor Supremo haga cualquier cosa.
Incluso si Le adoramos de una forma grandiosa, no podemos dar por sentado que el Señor va a estar encantado de aceptar nuestra ofrenda. Esto no quiere decir que no debamos hacer todo lo posible por ofrecer un buen nivel de adoración. Pero aún si la adoración de la Deidad es muy humilde, sencilla y no del todo continua, si nuestro propósito es sincero podemos satisfacer al Señor. Al Señor Krishna se le conoce como bhava‑grahi‑janardana: «aquel que acepta nuestro deseo más íntimo». Por supuesto que la sinceridad y la buena intención nos impulsan de forma natural a esforzarnos por mejorar nuestro nivel.
También es importante nuestra actitud hacia la imagen de la Deidad de Krishna. Prabhupada escribió a un discípulo: «Nunca pienses que la Deidad está hecha de piedra o madera. Cada adorador debe recordar que Krishna está personalmente presente. Sencillamente por Su bondad Él mismo quiere estar presente ante nosotros de manera que Le podamos tocar. Eso es por Su misericordia; de otro modo no nos podríamos aproximar a Él».
Si deseamos invitar a Krishna a nuestro hogar, podemos hacerlo inmediatamente, colocando una foto del Señor en un lugar especial y ofreciéndole artículos como incienso, agua, frutas y comida cocinada, así como contemplarlo, meditar en Él y cantarle. Podemos también colocar una cortina delante de la foto por la noche para dejar que el Señor descanse. Pueden preguntar cuál imagen de Krishna deben utilizar. El Señor Krishna en Sus pasatiempos como el Señor Caitanya es especialmente bueno y accesible, y por eso los devotos en el movimiento de conciencia de Krishna empiezan su rutina diaria adorando una imagen del Panca‑tattva: Caitanya Mahaprabhu y Sus cuatro importantes compañeros. Si desean adorar una imagen tridimensional del Señor, Sri Sri Gaura‑Nitai (el Señor Caitanya y el Señor Nityananda) son los más adecuados porque no se establece como requisito previo una ceremonia de instalación para Su adoración, y ellos no consideran ni las faltas ni las ofensas importantes. Más bien Se dan cuenta de todas las cosas positivas que podemos hacer. El Señor Jagannatha, el Señor Baladeva y Subhadra Devi están igualmente al alcance y algunas veces los devotos empiezan por adorarlos a Ellos.
Si desea más información puede consultar a los amigos devotos de su localidad. Si quiere información más detallada puede también leer publicaciones como Pancaratra Pradipa, una guía amplia de ISKCON sobre adoración de la Deidad.
En mi siguiente columna describiré como ofrecer la ceremonia del arati en adoración a las Deidades.
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