Hari Sauri Dasa
(Extractos de la obra Diario Trascendental – Volumen I)

6 de diciembre 1975

Esta mañana temprano, Prabhupada convocó a los directores del templo y les regañó por haber gastado cincuenta lakhs de rupias para construir un templo tan grande y la casa de invitados, y aún tener agua caliente en la estación de invierno. En las últimas mañanas, el agua ha estado tan fría que ni siquiera pudo cepillarse los dientes. Llamó a Gopala Krishna, Aksayananda Swami, Gunarnava y Dhanañjaya, uno tras otro. Nadie parecía querer asumir la responsabilidad. Srila Prabhupada demandó saber el motivo. Cada vez que ellos ofrecían una excusa o explicación, él los interrumpía abruptamente. Era evidente que quería oír algún plan para corregir los errores, no excusas.

Prabhupada llamó a Saurabha Dasa, el devoto holandés arquitecto y responsable de supervisar la construcción y diseño del proyecto, pero no lo pudieron encontrar. Esto solo aumentó la exasperación de Prabhupada. Haciéndole responsable del error, lo criticó ásperamente, pese a que no estaba presente. Cuando los devotos le aseguraron que corregirían el problema inmediatamente,  el humor de Prabhupada cambió. Su ira desapareció tan rápido como había surgido.

Como nuestro maestro espiritual, Srila Prabhupada nos está entrenando en cada aspecto del servicio devocional. Sus elogios y críticas nunca son irracionales ni excesivos, sino que siempre tienden a hacernos progresar espiritualmente. Él espera que seamos responsables, pues la atención con los detalles del servicio muestra nuestra seriedad y sinceridad. No le gusta oír excusas por tareas que no se realizan, y le fastidia la mentalidad burocrática de lo que en Occidente llamamos «pasar la pelota».

Nos dijo que el Reino Británico habìa introducido esta mentalidad en India, y estaba determinado a que no se asentara en ISKCON. «Cuando les pido que hagan algo, ustedes se lo piden a otra persona. Esta persona se lo pide a otra, y al final acaban olvidándose. Se acaba el asunto. ¡Simple burocracia! Cuando les pido que hagan algo, han de ser responsables por ello y no pedírselo a otra persona. Y si le encargan la responsabilidad a otra persona, han de velar para que esta persona lo haga correctamente».

Pese a su critica del mal manejo del incidente con el agua caliente, Prabhupada está muy complacido con el servicio de Saurabha y los otros devotos. Más de una vez, durante el horario del masaje, me ha preguntado qué opinaba de la Casa de Invitados y el templo. Cuando respondí con aprecio, él miró a los edificios y dijo: «Sí, considero que se ha hecho bien. No hay una construcción así en ninguna parte». Pero está determinado a no permitirnos que seamos condescendientes. Ahora la instalación tiene que ser mantenida y manejada con eficiencia, y Srila Prabhupada nos está enseñando personalmente cómo hacerlo. Como representante de Krishna, él quiere asegurarse de que cualquier recurso que haya provisto el Señor Krishna se esté empleando con propiedad, sin derroches. Y nos urge continuamente a desarrollar ese mismo sentido de responsabilidad.

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