A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada

Las Escrituras védicas revelan las cualidades esenciales de aquél que está capacitado para aceptar un maestro espiritual.

Conferencia dada en Nueva York, Estados Unidos, el 15 de agosto de 1966.

tad viddhi pranipatena
pariprasnena sevaya
upadeksyanti te jñanam
jñaninas tattva-darsinah

«Tan sólo procura aprender la verdad acercándote a un maestro espiritual. Hazle preguntas con sumisión y ríndele servicio. Las almas que han alcanzado la sabiduría pueden otorgarte el conocimiento, pues ellos han visto la verdad». Bhagavad-gita 4.34.

El Señor Krishna afirma que, de todos los sacrificios que se supone hemos de realizar, el mejor de ellos es adquirir conocimiento. Nuestra vida material condicionada se debe a la ignorancia. Por lo tanto, el fin de los sacrificios, penitencias, yoga y debates filosóficos ha de ser la adquisición de conocimiento.

El conocimiento trascendental se contempla desde tres diferentes ángulos: conocimiento acerca del Brahman, o la Verdad Absoluta impersonal; conocimiento acerca de Paramatma, la Superalma localizada; y el conocimiento acerca de Bhagavan; la Suprema Personalidad de Dios. La primera etapa del desarrollo del conocimiento consiste en comprender: «Yo no soy este cuerpo. Soy alma espiritual, y la finalidad de mi existencia debe ser abandonar el enredo material».

En el Srimad-Bhagavatam podemos leer que es posible comprender tattva, la Verdad Absoluta, bajo tres aspectos, brahmeti paramatmeti bhagavan iti sabdyate: Brahman, Paramatma y Bhagavan. Y el Bhagavatam, después de describir diferentes manifestaciones de Vishnu o Dios, afirma, krsnas tu bhagavan svayan: Bhagavan, la Suprema Personalidad de Dios, es Krishna.

Dios se manifiesta de muy distintas maneras. Nosotros, entidades vivientes, somos también extensiones de Dios. Hay diferentes grados de extensión y el origen, o Señor primigenio, es Sri Krishna. Hay muchas miles de encarnaciones de Dios. El Srimad-Bhagavatam, después de ofrecer una lista de diferentes encarnaciones, concluye: ete camsa-kalah pumsah krsnas tu bhagavan svayan. El autor del Bhagavatam llega a la conclusión de que todas las encarnaciones de Dios, o son manifestaciones plenarias de Krishna o manifestación de otra manifestación plenaria. Y, del mismo modo en que advienen las encarnaciones, también adviene Krishna en persona. Y Él afirma que adviene siempre que se produce un aumento de la irreligión. Por lo tanto, a Él se Le acepta como a la Suprema Personalidad de Dios original.

En el Brahma-samhita, otro texto védico, se confirma también la posición de Krishna:

isvara paramah krsna
sac-cid-ananda-vigrahah
anadir adir govindah
sarva-karana-karanam

Hay muchos dioses. En cierto sentido nosotros también somos dios. El significado literal del término «dios» es «controlador», isvara. Cada uno de nosotros dispone de una cierta capacidad de control. Controlamos la familia, el despacho, el estado o el municipio. Todos somos controladores. Pero ninguno de nosotros es el controlador supremo.

Brahma es el controlador del universo. Existen innumerables universos e innumerables Brahmas. Y su controlador es Garbhodakasayi Vishnu. A Garbhodakasayi Vishnu lo controla Maha-Vishnu. Maha-Vishnu es controlado por Sankarsana. A Sankarsana lo controla Narayana. A Narayana, Vasudeva. A Vasudeva, Baladeva. Y a Baladeva lo controla Krishna. Por eso Krishna dice en el Bhagavad-gita, mattah parataram nanyat kiñcid asti dhanañjaya: «Mi querido Arjuna, nadie hay superior a Mí». Y Arjuna lo acepta: «Tú eres asamordhva, nadie es igual a Ti y nadie es superior a Ti».

Los seis Gosvamis de Vrindavana eran grandes estudiosos pertenecientes a nuestra línea espiritual, en especial Jiva Gosvami. Analizaron las características de la Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios, y demostraron que Krishna cuenta con todas las cualidades que corresponden al Supremo. Narayana cuenta con el noventa y cuatro por ciento de las cualidades trascendentales de la Verdad Absoluta, el Señor Shiva con el ochenta y cuatro por ciento y nosotros, entidades vivientes, disponemos del setenta y ocho por ciento. Y esas cualidades las detentamos únicamente en parte, no en su totalidad.

Pues bien, Krishna afirma que el acopio de conocimiento es el mejor tipo de sacrificio. En el Gita se mencionan distintas clases de sacrificios, o yajña: dravya-yajña (el sacrificio de las posesiones personales), jñana-yajña (sacrificio en conocimiento), yoga-yajña (sacrificio en el yoga). Sin embargo, aquí vemos que Krishna concluye que todos los sacrificios son simplemente escalones hasta alcanzar el conocimiento verdadero. Aquí, en Nueva York, tienen el Empire State Building. Pueden subir hasta el piso veinticinco, el cincuenta, el setenta, setenta y cinco, ochenta. Pero hasta que no lleguen al piso ciento dos, no habrán llegado al destino. El Señor Krishna dice en el Bhagavad-gita, bahunam janmanam ante jñanavan mam prapadyate. Después de muchos, muchos nacimientos cultivando el conocimiento, una vez se alcanza el conocimiento verdadero llega la entrega al Supremo Señor, Krishna. Este es el más elevado nivel de conocimiento. Krishna aconseja a Arjuna, sarva-dharman parityajya mam ekam saranam vraja: «Puesto que tú eres Mi muy confidencial amigo, Te comunico que no debes preocuparte de ninguna otra cosa. Tan sólo entrégate a Mí». Este es el conocimiento más confidencial.

Si llevan a cabo un estudio analítico de las escrituras védicas, descubrirán que el conocimiento último consiste en entregarse a Krishna. ¿Qué clase de entrega? Entrega con pleno conocimiento. Después de examinar a fondo todos los procesos de conocimiento del yo, o comprensión trascendental, cuando se llega al nivel de la perfección se entiende vasudevah sarvam iti: «Vasudeva, Krishna, es todo». Esto lo confirma el Brahma-samhita:

isvara paramah krsna
sac-cid-ananda-vigrahah
anadir adir govindah
sarva-karana-karanam

Sarva-karana-karanam significa «la causa de todas las causas». Yo tengo mi cuerpo, y la causa de dicho cuerpo fue mi padre. Y su padre fue la causa del cuerpo de mi padre. Sigan la búsqueda: padre, padre del padre, su padre, abuelo, bisabuelo… No crean que, porque no sean capaces de ver a su tatarabuelo, su abuelo no tuvo padre. No piensen: «Lo que no se encuentra ante mis ojos no existe». No. Esa conclusión no es muy inteligente. El que yo no sea capaz de ver lo que está ocurriendo tras esa pared no significa que no haya nada tras ella.

Todo el mundo quiere ver a Dios de manera inmediata, pero sólo podrán ver a Dios cuando se encuentren perfectamente capacitados. Cuando dispongan del conocimiento perfecto podrán ver a Dios cara a cara, igual que me están viendo a mí y yo puedo verlos a ustedes. Pero ello requiere una preparación. Y la conciencia de Krishna es esa capacitación.

La conciencia de Krishna comienza con sravanam kirtanam, oír y cantar. Debemos oír acerca de Krishna. El Bhagavad-gita es el estudio preliminar para comprender u oír acerca de Él.

Yo vine a su país, los Estados Unidos de América, después de oír acerca de él. En mi infancia oí hablar de él al estudiar historia o geografía. Primero oí. Lo primero que hice no fue venir. Así que, al escuchar comprendí: «Oh, es un país maravilloso, y está muy lejos, y si yo fuera…». De modo similar, puede que primero oigan hablar de la India y luego piensen en ir allí.

Si queremos ver a Dios, primero debemos de oír hablar de Él. Ese es el proceso. El proceso consciente de Krishna comienza con sravanam. Luego viene kirtanam. Kirtanam significa cantar, repetir las glorias de Krishna, Su santo nombre, Su forma, Sus cualidades. Esto es la relación con Krishna, pues Krishna, o Dios, es absoluto. Él no es distinto de Su nombre, Sus cualidades, Su forma, Sus pasatiempos. Y escuchar o cantar las cualidades, o forma, o nombre del Supremo, del Absoluto, significa estar en compañía del Supremo. Eso es relación trascendental directa. Y en la medida en que estamos en contacto con Krishna, Él nos ayuda a comprenderle.

En el Srimad-Bhagavatam encontraremos el siguiente verso:

srnvatam sva-kathah krsnah
punya-sravana-kirtanah
hrdy antah stho hy abhadrani
vidhunoti suhrt satam

Krishna está sentado en su corazón. Desde allí actúa como su maestro espiritual, chaitya-guru. Escuchar krishna-katha, temas relacionados con Krishna, es punya-sravana-kirtanah: aunque no lo comprendan acrecentará su virtud. Debido a haber pasado tantos años en relación con la materia, hemos acumulado múltiples cosas sucias en nuestro corazón. El corazón se va limpiando gradualmente si escuchamos acerca de Krishna.

Sri Krishna es el amigo de todos, aunque Él es, de manera especial, amigo del devoto. Esto lo pueden leer en el Bhagavad-gita. Samo ‘ham sarva-bhutesu na me dveso ‘sti na priyah: «Yo soy el amigo de todos. En realidad, nadie es Mi enemigo y nadie es Mi amigo, porque soy ecuánime con todos». Sama significa «ecuánime». Ye bhajanti tu mam bhaktya mayi te tesu: «Sin embargo, otorgo una atención especial a aquella persona que se encuentra dedicada a Mi servicio devocional». Por consiguiente, uno de los nombres de Krishna es suhrt satam. Suhrt significa «amigo». Y satam significa «aquellos que buscan la vida eterna».

En el mundo material no se consigue nada eterno; todo es temporal. Por lo tanto, el mundo material recibe el nombre de asat. La cita védica dice asato ma sad gamah: «No se queden en el mundo temporal. Busquen el mundo eterno». Tamasi majyotir gamah: «No permanezcan en la oscuridad. Vayan al reino de la luz». Son citas védicas.

Krishna se encuentra en su corazón. Por ello, tan pronto como demostramos una cierta inclinación hacia Krishna, Él, desde dentro de nuestro corazón, nos da una indicación favorable para que podamos progresar de manera gradual. Krishna es el primer maestro espiritual, pero cuando crezca nuestro interés, hemos de acudir al maestro espiritual físico. Eso es lo que afirma el verso de hoy. Krishna aconseja: «Si deseas conocer la ciencia trascendental, simplemente trata de acercarte a alguien que la conozca».

Krishna menciona los términos pranipatena, pariprasnena, y sevaya. Pranipatena significa entrega. Deben seleccionar a aquella persona a la que puedan entregarse. A nadie le gusta entregarse a otra persona. Nos enorgullecemos de la más pequeña muestra de conocimiento que obra en nuestro poder: «Oh, ¡no hay nadie que pueda darme conocimiento!». Hay mucha propaganda relativa a que no hay ninguna necesidad de buscar un maestro espiritual para alcanzar la plenitud espiritual. Pero la literatura védica, el Bhagavad-gita, el Bhagavatam, y los Upanisads, no dicen lo mismo. Allí se afirma que es necesario un maestro espiritual.

Tomemos por ejemplo los Upanisads. En los Upanisads védicos se dice, tad vijñanartham sa gurum evabhigacchet (…) srotriyam brahma-nistham: «Si deseas aprender los temas trascendentales, debes acudir a un guru».

También en el mundo material, si se desea aprender música, hay que acudir a un músico. Sin contar con la ayuda de un músico nadie puede aprender música.

Supongamos que alguien desea ser ingeniero. Deberá matricularse en la escuela técnica o en la facultad correspondiente y, allí, aprender. Y nadie puede ser médico con tan sólo comprar algunos libros en el mercado y leerlos en su casa. No es posible. Tienen que acudir a la facultad de medicina, aceptar las enseñanzas que allí se imparten y superar los exámenes. De manera similar, si quieren aprender el Bhagavad-gita o cualquier tema trascendental, tienen que hacerlo de la manera que el Señor Krishna lo instruye aquí. Él es el recitador del Gita, y Él afirma, tad viddhi pranipatena pariprasnena sevaya: «Debes acudir a una persona a la que puedas entregarte».

Lo cual significa que tienen que determinar: «¿Quién es la persona que puede ofrecerme instrucciones sobre el Bhagavad-gita?». No tienen que buscar de manera caprichosa. Deben buscar seriamente a aquella persona que tenga verdadero conocimiento. Porque si no, ¿de qué sirve el entregarse? No habrá necesidad alguna de entregarse. Sin embargo, aquí se afirma con toda claridad: «Debes entregarte a esa persona». Lo cual significa que tienen que encontrar a aquella persona a la que, de manera voluntaria, se puedan entregar. Sin encontrar a dicha persona, no se cumplirá su misión.

Al comienzo, Arjuna hablaba con Krishna como si se tratara de un amigo. Krishna decía: «Oh, tú eres un ksatriya, un militar. ¿Cómo es posible que no luches?» Tenían una conversación amistosa. Pero cuando Arjuna comprendió: «Nuestras charlas amistosas no son ninguna solución», él se entregó a Krishna. Sisyas te ‘ham sadhi mam tvam prapannam: «Soy un discípulo plenamente entregado a Ti. Por favor, dime cuál es mi deber».

Ese es el proceso. También aquí Krishna aconseja: «Si deseas aprender el Bhagavad-gita, tienes que acudir a una persona a la que puedas entregarte». No una entrega ciega. Tienen que ser capaces de preguntar. La cualidad siguiente es pariprasnena, preguntar. Sin preguntar no es posible avanzar. Aquel estudiante que en la universidad pregunta a sus profesores es inteligente. Incluso aquel niño que pregunta a su padre: «Padre, ¿qué es esto?, ¿qué es esto?», demuestra su inteligencia.

Es necesario preguntar. No hay que pensar: «Ya he encontrado un buen maestro espiritual. Tiene mucho conocimiento. Está bien, me he puesto a su disposición. Mis esfuerzos han acabado». No, eso no está bien. Es posible que tengan un buen maestro espiritual, pero si no cuentan con la energía necesaria para hacerle preguntas, no podrán avanzar.

¿Y cómo hay que preguntar? Sin retos. No deben pensar: «Voy a comprobar qué clase de maestro espiritual es. Voy a desafiarle con algunas preguntas intrascendentes y a parlotear sin sentido». Esa postura no será de ayuda alguna. Hagan preguntas oportunas. Pariprasnena significa hacer preguntas oportunas, y esas preguntas deben ir acompañadas de sevaya, servicio. No hay que pensar: «Le he hecho muchas cosas a tal persona y no le he ofrecido servicio alguno, ni le he pagado nada, yo he ganado». No. Sin servicio sus preguntas serán inútiles.

En este verso se mencionan, pues, tres aspectos: pranipata, pariprasna y seva. Pranipata (entrega) implica que al menos deben tener la capacidad de encontrar a aquella persona adecuada para darles instrucciones reales. Eso es cuenta suya. Supongamos, por ejemplo, que tienen que comprar oro o joyas. Si no saben cómo comprar, si van a una tienda de comestibles a comprar una joya, los engañarán.

Si se acercan al tendero y le preguntan:

―¿Me podría vender un diamante?

Él se dará cuenta:

―Vaya un estúpido, le voy a vender cualquier cosa por cuenta del diamante.

Les cobrará lo que le parezca. Y al regresar a casa, su familia les preguntará:

―¿Qué has comprado?

―Un diamante, lo compré en la tienda de comestibles.

Buscar un maestro espiritual, como en el ejemplo, no servirá de nada. Deben ser un poco inteligentes, pues sin inteligencia no es posible hacer progreso espiritual. El Vedanta-sutra afirma, athato brahma-jijñasa. Brahma-jijñasa significa preguntar sobre el tema supremo, Brahman. Lo cual exige cierta capacidad. Esa capacidad la explica el término atha. Atha se refiere a aquellos que poseen la experiencia relativa a la miserable existencia en el mundo material. Ellos pueden preguntar acerca de la Verdad Absoluta, sobre la vida espiritual.

De la misma manera, el Srimad-Bhagavatam dice: tasmad gurum prapadyeta jijñasuh sreya uttamam. Uttamam significa udgata-tamam: trascendental. Tama quiere decir oscuridad. Todo lo de este mundo material se encuentra sumido en la oscuridad, pues el mundo material es oscuro. Todo el mundo, todo el universo, es oscuro. Es por ello que es necesaria la luz del sol, la de la luna, electricidad. Uttamam significa asuntos trascendentales que se encuentran más allá de la oscuridad. En el mundo espiritual no hay oscuridad.

Si alguien quiere preguntar acerca del mundo espiritual, debe encontrar un maestro espiritual. De otro modo, no hay necesidad alguna de un maestro espiritual. Supongamos que yo deseo tener un maestro espiritual, o deseo estudiar el Bhagavad-gita o el Vedanta-sutra con la finalidad de lograr algún beneficio material. Para eso no lo necesito. Para mejorar en la vida material lo único que hay que hacer es trabajar como hacen muchos, en una fábrica o en otra cosa. Eso es lo necesario. Pero si tienen algún tipo de interés en lo relacionado con el Brahman, los asuntos espirituales, entonces sí necesitan un maestro espiritual. Eso se afirma con toda claridad: tasmad gurum prapadyeta. Tasmad significa «por lo tanto». «Por lo tanto, hay que ponerse a la disposición de un maestro espiritual». ¿Quién debe ponerse a la disposición? Aquel que esté jijñasuh sreya uttamam, ansioso por comprender los asuntos trascendentales.

Esa misma instrucción la encontrarán en cualquier texto védico. Por ejemplo, el verso de hoy del Bhagavad-gita afirma: jñaninas tattva-darsinah. Jñani quiere decir un hombre que posee el conocimiento perfecto. Conocimiento perfecto quiere decir aquel que posee una imaginación perfecta, no teórica, sino imaginación real referida a los asuntos espirituales. Tattva se refiere a la Verdad Absoluta. En el Bhagavad-gita descubrirán que Krishna es la tattva suprema, la suprema Verdad Absoluta.

Krishna dice, manusyanam sahas-resu kascid yatati siddhaye: «De entre miles y miles de personas, unos pocos alcanzan la salvación espiritual». No se espera que todo el mundo se esfuerce tras la salvación espiritual. Llegar a ser merecedor de ese anhelo requiere muchos, muchos años. De entre muchos, muchos miles de personas, hay una ansiosa por lograr la comprensión espiritual. Y de entre muchos de tales espiritualistas perfectos, es posible que alguno de ellos llegue a conocer a Krishna. Por lo tanto, lo relacionado con Krishna no es tan sencillo de comprender. Es muy difícil. Pero puede comprenderse de manera sencilla siguiendo el proceso descrito en el Bhagavad-gita:

bhaktya mam abhijanati
yavan yas casmi tattvatah
tato mam tattvato jñatva
visate tad-anantaram

Si aceptan bhakti, el servicio devocional, es posible comprender el difícil tema relacionado con Krishna de manera muy sencilla. Abhijanati significa que puede entenderse a la perfección. Tattvatah significa la Verdad Absoluta, tal y como es. Es posible comprenderla. Tato mam tattvato jñatva: después de comprender la ciencia de Krishna perfectamente, se es digno de entrar en el reino espiritual.

Ahora bien, si después de muchos, muchos nacimientos, cuando he alcanzado el conocimiento perfecto, tengo que ponerme a la disposición de Krishna, ¿por qué no ponerme ya a Su disposición? ¿Por qué he de esperar a que pasen tantos nacimientos? Y esa es una inteligente propuesta. Si la culminación de la perfección es la entrega a Krishna, ¿por qué no aceptar esa perfección de manera inmediata?

Pero la gente está cargada de dudas. Una vez alguien me preguntó:

―¿Cuánto se tarda en alcanzar la perfección de la conciencia de Krishna?

Yo le respondí que la conciencia de Krishna puede alcanzarse en un segundo, o es probable que no se consiga ni en miles de nacimientos y muertes.

Pero si comprendemos que después de alcanzar el pleno conocimiento hay que, en último término, entregarse a Krishna, y que por hacerlo nos convertimos en grandes almas, ¿por qué no entregarse a Krishna ya mismo? ¿Por qué no convertirnos en grandes almas de inmediato?

Pero no nos encontramos preparados para aceptar a Krishna como Supremo de manera inmediata. Tenemos muchas dudas. Por lo tanto, para esclarecer todas esas dudas, existe el Bhagavad-gita y el Srimad-Bhagavatam. Si estudiamos atentamente estos dos libros, podremos comprender muy bien la ciencia de Krishna y, así, nuestro progreso en la conciencia de Krishna será definitivo.

Muchas gracias.

 

Back To Godhead © 1993

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