Dvarakadhisa Devi Dasi
Pada-sevanam, adorar los pies de loto del Señor, ofrece una tremenda lección espiritual: Significa aproximarse al Señor desde la posición más humilde.
El devoto Prahlada Maharaja, una ilustre autoridad espiritual, dice en el Srimad-Bhagavatam (7.5.23-24): «Escuchar y repetir todo lo referente a los nombres, la forma, las cualidades, los enseres y los pasatiempos trascendentales del Señor Vishnu, recordarlo, servir Sus pies de loto, ofrecerle una adoración respetuosa, ofrecerle plegarias, convertirse en Su sirviente, considerar que el Señor es nuestro mejor amigo y entregarle todo a Él (en otros términos, servirle con cuerpo, mente y palabras); estos nueve procesos se consideran servicio devocional puro. Aquel que, por mediación de estos nueve procedimientos, haya dedicado su vida al servicio de Krishna, debe considerarse la persona más culta, pues él ha alcanzado el conocimiento absoluto».
Este es el tercero en la serie de artículos dedicados a los nueve procesos del bhakti-yoga, o servicio devocional al Señor.
¿Se han dado cuenta del modo en que el servicio define nuestras vidas? Servimos a muchos amos: sacrificamos nuestro tiempo y nuestro dinero al servicio de patronos, usureros y familiares. Nos vemos obligados a soportar nuestras necesidades físicas y ansiedades mentales. Somos sirvientes de relojes y calendarios, de la opinión pública y de las modas, del caos circulatorio y de los imprevistos climáticos. Deténganse a pensar en sus actividades cotidianas. ¿Cuánto tiempo dedica a la satisfacción de las necesidades y deseos de los demás?
Un antiguo relato hindú nos habla de un joven ambicioso que, tras observar que el servicio era algo inevitable, decidió servir a la persona más eximia. Se dirigió al lugar donde residía el cabecilla de la aldea y, poniéndose a su disposición, se convirtió en un ayuda de cámara indispensable. Un día apareció un recaudador de impuestos que le cobró lo debido al cabecilla de la aldea. Al comprender que el recaudador se encontraba en una posición superior, el joven abandonó la aldea tras él. Juntos reunieron los impuestos de los alcaldes de muchas aldeas. Por último, llegados a la capital, entregaron el dinero en la oficina del gobernador.
El joven, al comprender que el gobernador era superior al recaudador de impuestos, se puso a su servicio. A su debido tiempo, el gobernador le llevó ante el rey, y el joven ocupó una irrelevante posición en la corte del rey. El joven creía que al fin había encontrado a alguien a quien valía la pena servir. Entonces, una mañana, vio que el rey entraba en un templo y se postraba ante la deidad de Krishna. Por último, el joven comprendió cuál era el objetivo último del servicio y adoptó el servicio devocional de Krishna.
¿Por qué los pies?
El cuarto de los nueve procesos de bhakti-yoga es pada-sevanam: «servir a los pies» de Krishna. ¿Por qué los pies? Dirigirse a los pies de una persona es símbolo de humildad. Aun hoy día, en la India, los niños aprenden a tocar los pies de sus padres en muestra de respeto. El concepto corriente de los pies no es, en conjunto, demasiado satisfactorio, pues implica aspectos y olores que mejor ni tener en cuenta. Pero los pies del Señor Supremo son tan dulcemente hermosos que reciben el nombre de «pies de loto». Sólo el pensar en ellos provoca en los devotos profundos sentimientos de amor y nostalgia. Los poderosos devas, controladores del sol, el viento, el agua y todos los demás aspectos del mundo material, se mostraban dichosos cuando el Señor Krishna vagaba por los bosques de Vrindavana, dejando Sus huellas sobre el polvo. Y las queridas amigas de y Krishna, las gopis (pastorcillas de vacas) solían colocar ese polvo sobre sus cabezas y sus corazones, perdidas en un trance extático.
Cualquier persona que queda prendada de los pies de loto de Sri Krishna pierde toda atracción por los placeres materiales.
Las Escrituras védicas describen con todo detalle los pies del Señor. En Sus suaves plantas rojizas se encuentran las marcas de un loto, una caracola, una maza, un disco, una bandera, un rayo, un pez y el bastón para guiar elefantes. Adorar los pies de alguien significa aceptar la más humilde de las aproximaciones, y, aun así, el Señor lo hace atractivo con Sus exquisitamente hermosos pies. Adorar los pies de loto del Señor es una gran bendición espiritual, porque cualquiera que queda prendado de esos pies pierde toda atracción hacia los placeres temporales. El poderoso deva, el Señor Brahma, ora: «Aquel que ha aceptado el barco de los pies de loto del Señor, refugio de la manifestación cósmica y famoso como Murari, el enemigo del demonio Mura, el océano del mundo material es como el agua que llena la huella de la pezuña de un ternero. Su objetivo es param padam, o Vaikuntha, el lugar donde no existen miserias materiales, no el lugar donde a cada paso hay un peligro». (Srimad-Bhagavatam 10.14.58)
Progresión lógica
Pada-sevanam se desarrolla tras las prácticas devocionales de la escucha acerca de Krishna, el canto acerca de Él y el recordarle. Se trata de una progresión lógica: Después de escuchar y repetir las glorias de alguien, de modo natural recordamos a esa persona y, a su debido tiempo, buscamos la intimidad de su servicio. Como el joven ambicioso de nuestro relato comprendió, la urgencia de servir halla su cumplimiento perfecto en Dios.
Aun así, los escépticos afirman que servir únicamente a Dios es una muestra de irresponsabilidad. ¿No tenemos todos nuestras obligaciones? El Srimad-Bhagavatam (11.5.41) se refiere a esta misma preocupación:
devarsi-bhutapta-nrnam pitrnam
na kinkaro nayam rni ca rajan
sarvatmana yah saranam saranyam
gato mukundam parihrtya kartam
«Todo el que se ha acogido al refugio de los pies de loto de Mukunda [Krishna], el que otorga la liberación, abandonando todas las obligaciones, y ha adoptado el camino de la seriedad, no tiene obligación alguna hacia los semidioses, sabios, entidades vivientes en general, familiares, humanidad o antepasados». Srila Prabhupada compara el intento de servir a alguien con el esfuerzo por regar las hojas o las ramas de un árbol. La misma agua aplicada a las raíces, llegaría de manera automática a todas las partes del árbol. De modo similar, Krishna, Dios, la raíz de todos los seres, es el receptáculo ideal de todo servicio.
Srila Rupa Gosvami, discípulo de Sri Caitanya Mahaprabhu, ofrece el ejemplo de Lakshmi, la diosa de la fortuna, como alguien que ha alcanzado la perfección gracias al pada-sevanam. Sri Lakshmi siempre hace masaje a los pies de loto del Señor Supremo. Esto es digno de tener en cuenta, como cita el Srimad-Bhagavatam (1.1.33): «La diosa de la fortuna, aunque es por naturaleza inquieta y variable, no pudo abandonar los pies del Señor». La mayoría de nosotros tenemos experiencia de la naturaleza variable de Lakshmi. Al igual que ocurre con la riqueza y la buena fortuna, ella también es dolorosamente evasiva y temporal. Los mortales no pueden controlar a Lakshmi, aunque muchos malgastan sus vidas intentándolo.
La Diosa de la fortuna, Lakshmi, alcanzó la perfección adorando los pies de loto del Señor.
La diosa de la fortuna, sirviente devota del Señor, otorgará su botín únicamente con las bendiciones del Señor. Los templos, iglesias y mezquitas están siempre llenos de ardientes adoradores con agendas escondidas. A veces su plan es sencillo: si voy a la iglesia cada semana, dejo caer algo de dinero en la alcancía, y obro bien, tendré prosperidad. En otras ocasiones el pedido es urgente: una madre que pide dinero para operar a su hijo. Un parado que ora en busca de un trabajo.
Pero aunque Dios responde a las plegarias a Su modo, y aunque la fe en Su benevolencia es correcta, la oración y otras maneras de adoración no debería emplearse para intercambiar céntimos a cambio de Su favor. Piensen en la diferencia que hay entre alguien que se porta bien con nosotros por amor, y los que se portan bien porque esperan una recompensa. Nada de lo que hay en nuestros corazones se escapa a Dios. La prueba de nuestro amor es visible cuando nuestras peticiones quedan sin respuesta, cuando incluso nuestras súplicas más sinceras fracasan cuando se trata de detener la pobreza, la enfermedad y la muerte. ¿Qué le sucede entonces a nuestro amor? ¿Le ofrecemos al Señor una adoración de todo corazón incluso mientras se nos comprime en la agonía?
Así que pada-sevanam ofrece una tremenda lección espiritual: Significa aproximarse al Señor desde la posición más humilde, como implorantes a Sus pies, comprendiendo que incluso la diosa de la fortuna se acerca a Él de ese modo. Toda la riqueza, todos los honores, toda la fortuna no son otras coas que Sus sirvientes. Cuando el Señor no emplea a esos sirvientes en nuestro servicio, ¿todavía continuamos suplicando a Sus pies? ¿Podemos aspirar a servir en el humor de la diosa de la fortuna, humildes y sin aspiraciones, contentos con la oportunidad que se nos da de rendir el más bajo de los servicios?
Imagen de sumisión
Para algunos, la respuesta es un no definitivo. La imagen de la diosa inclinada ante los pies de su amo y señor evoca en nosotros las rudas ambiciones de los hombres hacia las mujeres que a menudo contemplamos en este mundo. Su imagen no es trascendente, sino el ejemplo de la jerarquía patriarcal imbuida en los sistemas religiosos construidos por hombres mortales. Su imagen nos demuestra que las mujeres sirven, los hombres disfrutan. No es más que otra excusa para que los hombres puedan arrastrar a las mujeres a la nada. Y también puede ser una excusa para que algunas mujeres rechacen los principios religiosos.
Qué sencillo resultaría interpretar el servicio de Lakshmi en esos términos, como nada más que un ejemplo de sumisión de la esposa a su marido. Pero el verdadero significado del dedicado servicio de Lakshmi tiene poco que ver con nuestros cuerpos temporales. Srila Prabhupada explica: «Los seres vivientes son por constitución y naturaleza de género femenino. El macho o disfrutador es el Señor, y todas las manifestaciones de Sus diferentes potencias son femeninas por naturaleza». Puede que en una vida tengamos un cuerpo masculino y uno femenino en la siguiente. El papel dominante del hombre en este mundo, que a veces se malinterpreta como detentador de una superioridad inherente, no es otra cosa que una relación temporal entre almas encarnadas. Hombres, mujeres, árboles y animales tienen todos como objetivo el servir a Dios. El servicio de Lakshmi no debe evocar en nosotros ni resentimiento ni orgullo, porque ella es algo más que un ejemplo modélico para las buenas esposas. Ella lleva a cabo el papel más deseado de todas las almas autorrealizadas: hacer un amoroso masaje a los pies de loto del Señor.
Volvamos a la historia de nuestro ambicioso joven. En sus relaciones de servicio, se encontró con personas cuya opulencia superaba todo lo conocido en su aldea. Afortunadamente, llegó a la conclusión de que aunque la riqueza, belleza, fama y poder son maravillosos, no tienen otra finalidad que ocuparlos, como su señora, Lakshmi Devi, en el servicio constante al Señor Supremo.
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