Hari Sauri Dasa
8 de diciembre de 1975
Srila Prabhupada siempre está preocupado por nuestro bienestar, no solo filosóficamente, si no de muchas otras formas prácticas. Po ejemplo, esta mañana hacía mucho frío; el invierno se está haciendo notar. Él lo señaló en su paseo y preguntó si los devotos comen ghee [mantequilla clarificada] en sus chapatis. Aksayananda Swami contestó que solo se da a los invitados, porque es caro y los devotos no lo necesitan.
Pero Prabhupada no estuvo de acuerdo. Dijo que en esta estación del año es necesario. Cuando hace frío, los devotos tienen que comer cantidades extras de ghee, así como más cereales. Recomendó una mezcla de channa y urad dahls, muy sabrosos y beneficiosos, y que no comiéramos demasiado ni muy poco.
— La vairagya [renuncia] innecesaria —dijo—, no es útil. Nosotros no aprobamos eso. Yuktahara viharasya. Coman lo imprescindible para conservar la buena salud, pero no coman demasiado. Lo que se requiera absolutamente, eso se debe hacer.
Srila Prabhupada está bastante complacido con el artículo de Harikesa, Conocimiento experimental. Anoche le pidió que lo leyera en voz alta. Y esta mañana, mientras caminábamos, le pidió que reiterara algunos puntos para que los otros devotos los oyeran.
Intercaló algunas observaciones muy sorprendentes. Recordando su viaje a Sudáfrica, dijo que había muchas fábricas para matar pollos.
—Entonces yo sugerí que analizaran el huevo. Que encontraran las sustancias químicas y crearan un huevo. Esa fue mi propuesta. —Señalando a Harikesa, dijo—, ¡Él lo creará!
Todos nos reímos.
—Él explicará como crear un huevo, a partir de… —continuó Srila Prabhupada.
—De las sustancias químicas —sugirió Aksayananda.
—Y hacer un pollo —agregó Jñana Dasa.
—Fosfato de calcio y un poquito de sulfuro para el amarillo, para darle algo de color —describió Hrisikesa—. Se cubre con plástico, se pone en una incubadora y se deja que crezca el pollo.
—¡Y te lo comes! —finalizó Prabhupada.
Aksayananda Swami consideró que sería un gran artículo.
Prabhupada se detuvo y dijo seriamente:
—Solo me lamento de que estos pícaros se hagan pasar por científicos y grandes hombres. Son unos charlatanes. No pueden crearlo. Es una cosa muy simple. Junten algunas sustancias químicas . Si conocen estas sustancias, ¿por qué no las juntan? Una incubadora, así no tienen que matar tantos pollos.
—Realmente es un desafío maravilloso —convino Harikesa—. Estos grandes, grandes científicos, con un grandioso cerebro…
—«Gran, gran mono, gran, gran estómago. Ceylán saltando, ¡melancolía!» —le interrumpió Prabhupada— ¿Conocen este proverbio? «Baro, baro bandolel, baro baro pet. Lanka dingate, matakare het!»
Todos nos reímos.
—Un profesor de la Universidad tradujo este proverbio, el Profesor Rowe —continuó Prabhupada—. Estos profesores necesitaban aprender bengalí, así que lo tradujo así: «Gran, gran mono, gran, gran estómago. Ceylán saltando, ¡melancolía!»
Prabhupada estaba de un excelente buen humor y sus analogías descriptivas cuadraban perfectamente.
Los científicos siempre hablan mucho y dicen que la vida viene de la materia y que es meramente una combinación de químicos. No obstante, la vida ocurre a cada momento, en todas partes, y ellos todavía no pueden decir de qué combinación se trata, como tampoco pueden reproducirla. Asimismo, los grandes monos, compañeros de Hanuman, eran muy fanfarrones y se jactaban, pero cuando llegó la hora de saltar de India a Sri Lanka, se sintieron «melancólicos». Por la gracia del Señor Rama, solo Hanuman pudo hacerlo. De todos modos, a pesar de que Prabhupada critica con humor y, en ocasiones, condena a los científicos materialistas modernos, nos advirtió que cualquier intento por predicar a un científico se debía hacer con mucha astucia.