Urmila Devi Dasi

¿Para qué olvidar las dificultades de la vida con diversiones aletargadoras de la mente, cuando es posible escapar hacia el placer de la realidad?

Las glorias del Señor, Dios de toda la creación, tal como adviene en Su forma original como Krishna, llenan las páginas del libro que tengo ante mí. El Srimad-Bhagavatamhabla de pasión, aventuras, amor, audacia y batallas, los esfuerzos íntimos y manifiestos de gente real relacionándose con el Señor. Inmersa en un hirviente remolino de néctar tranquilizador, olvido todas las penas.

La vida en el mundo material es dolorosa y dura. Algunos dirán que está llena de alegrías, pero esas alegrías tienen un precio y, con el tiempo, se marchitan y desaparecen. La alegría nunca es constante ni segura y, por lo general, o proviene de una miseria o desemboca en ella.

La gente a menudo busca el alivio en la imaginación: en libros, arte, películas, teatro, música, televisión o en juegos de ordenador. Y a menudo tratan de mejorar el entretenimiento con adicciones químicas, ya sean suaves o duras. Otros buscan el alivio absorbiéndose en sus trabajos y relaciones, que a menudo también provocan sufrimientos. Otros buscan refugio en la naturaleza, los viajes o los deportes.

Hay tantos medios para escapar del dolor como personas. Y, aun así, si somos honestos, admitiremos que, hagamos lo que hagamos para encontrar la felicidad y aliviar el dolor, la vida no es ninguna fuente inacabable y creciente de verdadera felicidad.

Resignados podemos llegar a concluir que las alegrías que obtenemos son las que hay. Y aún así, el alma busca el placer, sintiendo que es su derecho y su condición natural existir en medio de una dicha espiritual en constante crecimiento. Podemos encontrar felicidad aquí, pero ello es independiente de nuestra situación material. Se consigue por medio de la relación con el Señor. Como Él es pleno de dicha, el relacionarse con Él reaviva la naturaleza feliz del alma, la cual, aunque infinitesimalmente diminuta, comparte la misma naturaleza de Dios.

Para obtener la verdadera felicidad que ansiamos, maestros espirituales de todas las épocas han recomendado la oración y la escucha de las Escrituras. Las descripciones de Dios que existen en las Escrituras védicas y la intimidad que supone la oración del mantraHare Krishna pueden proporcionarnos una relación amplia y profunda con Dios, al alcance sólo de unos pocos en otras tradiciones. Las Escrituras védicas nos proporcionan a Dios tal como Él es: disfrutando con las almas que han alcanzado la perfección en Su propio dominio, un reino para Su propio placer personal. Y el maha-mantraHare Krishna nos concede los principales nombres del Señor y Su energía suprema.

Las escrituras védicas y el maha-mantranos llevan más allá del concepto de Dios como creador, otorgador, el Dios terrible y celoso que castiga al malo y recompensa al bueno; nos lleva a Dios como Krishna, el disfrutador supremo, el más importante amigo y amante.

Leer acerca de Krishna va más allá del alivio; se trata de una felicidad positiva que de manera automática me aleja de los sufrimientos mundanos, al tiempo que despierta mi verdadera naturaleza. El escuchar el nombre de Krishna mientras rezo Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare produce el mismo efecto: de inmediato me sitúa más allá de los sufrimientos y me sumerge en la dicha.

Cuando cierro el libro o dejo a un lado mi rosario de cuentas, la felicidad permanece mientras recuerdo las hazañas de Krishna y el sonido de Su nombre. Es así de sencillo y, a la vez, así de sublime.

 

Back To Godhead © 2000

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