Hari-sauri Dasa

9 de diciembre de 1975

Hay problemas con el drenaje en la Casa de invitados. Los tanques sépticos no son adecuados, y no hay espacio para construir otros más grandes. La municipalidad tampoco provee de cloacas en esta zona. Han habido quejas de los residentes locales, pues las inundaciones están contaminando el callejón de atrás. Prabhupada ha tenido muchas discusiones con Saurabha, Gunarnava y los otros directores abocados a encontrar una solución.

Esta mañana, en vez de ir por el camino establecido, Prabhupada bajó por la callejuela de atrás, a lo largo del sendero del parikrama de Vrindavana. Salió a un terreno abierto de unos 9 000 metros cuadrados, considerada la zona verdadera de Raman-reti, donde Krishna y Balarama jugaron con Sus amigos pastorcillos. Caminando por la arena suave, contempló la tierra àrida. Unos pocos pavos reales de Vrindavana se contoneaban aquí y allá, y un grupo de loros verdes, cual una banda de adolescentes ruidosos, graznaban y chillaban sobre nuestras cabezas. Un cuervo aleteó en lo alto de la copa de un árbol y una variedad de pájaros animaban el follaje vecino.

Prabhupada está pensando comprar esta tierra para usarla como drenaje de la Casa de invitados. También sugirió que la convirtiéramos en un parque. Mientras caminábamos por los alrededores, dijo que debíamos «colonizar» la zona, algo similar a nuestra comunidad de Los Ángeles. No se quedó mucho rato, y después de una breve caminata por el sendero, regresó al templo.

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