Madhava Smullen
La esperanza de Kula Shaker es generar un espíritu de armonía con su música. Por eso, siguiendo su estilo característico, las letras de las canciones de su nuevo álbum tienen un fuerte sentido espiritual.
Después de diecisiete años, la banda británica, Kula Shaker, regresa con un nuevo álbum, K 2.0. Se encuentra en la tienda de discos y sala de conciertos New York City’s Rogh Trade, donde están concluyendo una eufórica presentación de sus éxitos de la misma manera que siempre: con Govinda.
—Govinda Jaya Jaya, Gopala Jaya Jaya, Radharamana Hari…—el público canta a la vez, mientras el vocalista Crispian Mills los anima con gestos esotéricos, y entonces lanza un golpe al aire mientras su guitarra eléctrica reaparece en la canción— ¡Govinda Jaya Jaya!
El público enloquece.
—En el mejor de los casos, creo que un concierto de rock debería ser como un gigantesto pow-wow, místico, —dice Crispian cuando ISKCON News se reúne con él entre los bastidores.— Y no hay nada más místico que el canto de los nombres de Krishna.
Aunque Kula Shaker se convirtió en un éxito musical en Reino Unido a finales de los años 90, a muchos les sorprenderá saber que Crispian ya visitaba los templos con su madre, la actriz Hayley Mills, cuando tenía nueve años de edad.
—Al ser tan joven, la cultura, el vegetarianismo y todas las ideas fantásticas me parecían un poco abrumadoras —dice Crispian— Me acuerdo que el Señor Nrisimhadeva [la forma del Señor Krishna como mitad-hombre, mitad-león, cuyo nombre también aparece en la canción Govinda] me daba mucho miedo. Pero entonces me hice amigo de los otros niños Hare Krishnas, y empecé a apreciar más el movimiento y abrir mi mente.
Kula Shaker interpreta Govinda en directo.
En 1993, a la edad de 19 años, Crispian realizó un peregrinaje espiritual en India que le afectó profundamente —y más tarde, ese mismo año, él, junto al bajista Alonza Bevan y al baterista Paul Winterhart formaron «The Kays». La canción Govinda fue la primera de la banda.
—Eramos apenas unos niños, —dice Crispian— nos colamos en el festival de música de Glastonbury, nos escondimos en el maletero de una furgoneta con los instrumentos. Los Hare Krishnas nos facilitaron un generador eléctrico y tocamos Govinda al atardecer. Había muchos devotos y también mucha gente drogada. Yo pensé que, después de aquello, pensé que esa iba a ser nuestra ‘misión imposible’. Íbamos a convertirnos en una banda exitosa e íbamos a conseguir que ‘Govinda’ sonara en la radio.
Sin embargo, primero había que encajar otra pieza en el puzzle. En 1994, durante el 25º aniversario del templo de Radha Krishna de Londres, Crispian conoció a Kulashekhara Dasa, el primer discípulo británico del fundador de ISKCON Srila Prabhupada. Kulashekhara era de Twickenham, la misma zona de Londres de donde era Crispian, y se hicieron amigos instantáneamente.
—Él me contaba sus historias con los Beatles, cómo empezaron los primeros templos en Inglaterra y algunas historias muy inspiradoras de sus viajes con Prabhupada, —dice Crispian— siempre me ha gustado conversar con los discípulos de Prabhupada acerca del comienzo del movimiento, porque ellos fueron verdaderos pioneros. Eran muy radicales, lo que hacían iba más allá de cualquier cosa que esperaran la sociedad o sus familias.
Crispian dándolo todo en el Roxy Theater, en el este de Hollywood.
Kulashekhara Dasa también le contó la historia del Rey Kulashekhara a Crispian. A Crispian le encantaba la leyenda de Arturo, y pronto se identificó con este rey del Sur de India, un santo que compuso poemas devocionales místicos y extáticos.
«The Kays habían tenido problemas durante dos años, lo que nos pareció toda una era cósmica, y me acordé de la supuesta historia de que la banda Black Sabbath había tenido problemas durante años hasta que se cambiaron el nombre», dice Crispian. «Cuando conocí a Kulashekhara, algo encajó».
A finales del año 1995, The Kays se convirtieron en Kula Shaker y todo cambió. Su primer sencillo, «Tattva», alcanzó la cuarta posición en la lista de sencillos de Reino Unido. La letra de la canción describía el ancestral y fabuloso concepto filosófico que le había explicado Kulashekhara Dasa —Achintya-bheda-abheda tattva, la teoría de identidad y diferencia simultáneas que existe entre el alma individual y la Superalma.
Otro sencillo, Hey Dude, alcanzó el segundo lugar de la lista; después, lograron cumplir la «misión imposible» de que la canción Govinda obtuviera un alcance internacional en las emisoras de radio y, a día de hoy, continúa siendo el único entre los diez éxitos británicos que se canta enteramente en sánscrito.
La carátula del álbum «K», del año 1996, con la imagen de Radha-Krishna.
En 1996, su álbum debut «K», con la imagen de Radha-Krishna en la carátula, alcanzó el primer lugar, fue el disco debut que más rápido se vendió en el año y con aproximadamente un millón de copias en el mundo. Ese mismo año, Crispian se casó con su esposa Joe y se inició en la línea Gaudiya Vaishnava de su guru Srila Bhaktivedanta Narayana Maharaja, recibiendo el nombre de Krishna Kanta Dasa.
Crispian dice que el hecho de estar casado y recibir el apoyo y la inspiración de su guru, le ayudó a mantenerse cuerdo en el torbellino de la fama, o como dice en la canción Hey Dude, «Miel, oro, joyas, dinero, mujeres, vino, autos que brillan».
—Cuando te vuelves famoso, es muy fácil perder completamente la cabeza, —dice— pero fui muy afortunado. Siempre me sentí protegido.
Aun así, después de varias giras y otro álbum exitoso, las presiones del mundo de la música empezaron a erosionar aquello que la banda disfrutaba, y en 1999, Kula Shaker se separó. Pero en 2006 decidieron volver, y esta vez forjaron gradualmente su regreso a una audiencia internacional como una banda independiente, con su propio sello discográfico y bajo sus propias condiciones.
Hoy en día, después de dos álbumes de regreso, Strangefolk y Pilgrims Progress, Kula Shaker está cerrando el círculo, celebrando su 20º aniversario en el año 2016 con un álbum nuevo, K 2.0, y una gira mundial colosal.
La intrigante portada de «K 2.0», que hace referencia a muchas de las letras del disco.
En un clima de odio y miedo, con políticos del nivel más bajo, es bueno que Kula Shaker haya regresado. Ya sea que canten abiertamente en sánscrito o no, su mensaje siempre es profundamente espiritual.
Muchos gaudiya vaishnavas se identificarán con las letras de una forma particular. En 108 Battles of the Mind, Crispian describe dificultades que podemos reconocer fácilmente. Sound of Drums parece describir los cantos públicos del avatar del siglo XV, Chaitanya Mahaprabhu, en los versos «Oigo el sonido de los tambores y una melodía / Veo al Dorado». Y en una canción más reciente, Ruby, Crispian declara: «Tened cuidado con maya, no dejéis que os derrote».
Pero él piensa que el arte debería estar abierta a todo el mundo, y que una buena letra puede ser interpretada de muchas maneras. Por lo tanto, esas palabras pueden cobrar otro sentido para las personas de otras religiones o ambientes.
—Al fin y al cabo —dice,— la filosofía Gaudiya te conecta de una manera más profunda con las otras tradiciones espirituales. Fomenta una mejor comprensión de San Francisco, o de las Primeras Naciones, o de Buddha. Profundiza tu conexión y respeto por los demás. No crea divisiones, y no debería hacerlo.
Crispian señala que la religiosidad mundana crea barreras y divisiones, mientras que la verdadera espiritualidad une a las personas. Su esperanza es que la música de Kula Shaker genere este espíritu de armonía.
—Un acuerdo básico de los principios universales de compasión, no-violencia, amor superior y cuidado por los otros seres humanos y demás criaturas— dice él.
El nuevo álbum K 2.0, descrito como un álbum que complementa a K, explora estas ideas y otras como superar los propios obstáculos y volver a vivir dependiendo de la naturaleza.
También hay canciones con una fuerte influencia vaishnava. Haribol (The Sweetest Sweet), es una canción hermosa tradicional, y la favorita de los fans, Mountain Lifter, una ópera rock psicodélica que narra la historia de Krishna levantando la montaña Govardhana, hará estremecer a cualquier devoto que la oiga.
—Alonza, Paul y yo hemos visitado Govardhana en Vrindavana (India) muchas veces juntos, y hemos tenido experiencias hermosas realizando parikrama (peregrinación a pie) con mi guru maharaja, —dice Crispian.— A los fans les encanta escuchar las historias de las canciones, y este pasatiempo surgió de manera espontánea.
Aparte de considerarlo un canal cultural para las ideas espirituales, Crispian ve a Kula Shaker como un servicio.
La banda se reformó en 2004, cuando realizó una contribución en el álbum benéfico School of Braj para recaudar fondos para la comunidad escolar New Braja, en Badger, California, así como para ayudar a un joven monje que había resultado herido.
—En la obra El peregrino ruso del siglo 19, el narrador se da cuenta que cada latido, cada respiración se ha convertido en un acto de servicio, una expresión del amor Divino, —dice Crispian.— Para mí, eso lo dice todo. Es algo universal. Ese es el objetivo.
Próximamente, Kula Shaker relanzará su éxito de superventas, K, el 11 de noviembre. Y en diciembre, interpretarán el álbum en diversos conciertos en Reino Unido. El próximo verano esperan poder participar en diversos festivales de música. Después de eso, el futuro está abierto.
—Con K 2.0 estamos cerrando un círculo, volviendo al punto donde comenzamos —dice Crispian.— El próximo álbum será una especie de reajuste. No sabemos a qué dirección nos llevará. ¿Quizás kirtan lounge psicodélico?
Crispian se ríe: —Tal como dice la filosofía Gaudiya Vaishnava, no somos los controladores.
Fuente: ISKCON News (www.iskconnews.com)
Para adquirir los álbumes de Kula Shaker, incluyendo K y K 2.0, visita http://shop.kulashaker.co.uk/
Muchas gracias , por compartir,
Podrían por favor compartir todo el pasatiempo de abisma Panchaka?Mil gracias
Reverencias
ss