Satyaraja Dasa
El Señor Chaitanya afirma que para alcanzar el objetivo del amor puro por Dios, es necesaria una firmeza inalterable.
Esta es la cuarta parte, de una serie de cinco, dedicada al Siksastaka, u «Ocho enseñanzas» del Señor Chaitanya. Esta serie es una adaptación de las conferencias dictadas en la Biblioteca Pública de Nueva York a un grupo de estudiantes de la Universidad de Columbia.
Cuarta y quinta enseñanzas
na dhanam na janam na sundarim
kavitam va jagadisa kamaye
mama janmani jamanisvare
bhavatad bhaktir ahaituki tvayi
«Oh, todopoderoso Señor, no tengo deseo alguno de atesorar riquezas, ni deseo mujeres hermosas, ni seguidores. Lo único que deseo es Tu servicio devocional inmotivado, nacimiento tras nacimiento».
Este verso establece la irrevocable intención necesaria para cantar adecuadamente el santo nombre: un espíritu decidido. El Gita también dice que hay que ser vyavasaya-atmika, o «resuelto en el camino de la conciencia de Dios».
bhogaisvarya-prasaktanam
tayapahrta-cetasam
vyavasayatmika buddhih
samadhau na vidhiyate
«En las mentes de aquellos que se encuentran demasiado ligados al goce sensorial y a la opulencia material, a los que estas cosas les confunden, no se manifiesta el espíritu resuelto por el servicio devocional a Señor Supremo» (Bhagavad-gita 2.44).
Este verso es gemelo al cuarto verso de Chaitanya Mahaprabhu: contiene los mismos elementos. Chaitanya Mahaprabhu dice que no desea dinero ni seguidores, ni mujeres hermosas. No. No desea ningún goce material en absoluto. ¿Por qué? Porque si deseara dichos goces, no se manifestaría en Él el espíritu resuelto para la práctica del servicio devocional. Y lo único que Él desea es servicio devocional puro; está demostrando el ánimo necesario. Si estamos fragmentados, si existen en nosotros algunos intereses independientes, estamos acabados. No lograremos el objetivo ansiado. Nosotros deseamos prema-bhakti, amor por Dios. Deseamos ahaituki-bhakti, servicio devocional totalmente inmotivado e interrumpido.
Chaitanya Mahaprabhu, en Sus conversaciones con Ramananda Raya, rechaza svadharma-acharana, o las prácticas religiosas externas; rechaza también krisna-karmarpana, o la ofrenda a Krishna de los resultados de nuestros esfuerzos fructuosos; rechaza karma-misra-bhakti, la devoción mezclada con las intenciones lucrativas; incluso rechaza jñana-misra-bhakti, la devoción contaminada por un predominio de conocimiento. Estas cosas, sin lugar a dudas, son loables, pero el Señor Chaitanya sólo era capaz de aprobar el amor espiritual puro, inmotivado, totalmente inmaculado: sin tan siquiera mancha alguna del más sutil matiz de conocimiento innecesario.
Eso es lo que Él aprueba en este verso. Mama janmani jamanisvare: «Nacimiento tras nacimiento, permite que adore Tus pies de loto». ¿De qué modo? ¿cómo me gustaría servirte? Bhavatad bhaktir ahaituki tvayi: «Permite que Te sirva sin ninguna motivación futura. Permite que te sirva de un modo totalmente inmaculado».
Pregunta: Pero eso no puede ser artificial. ¿Qué sucede cuando uno desea llevar una vida espiritual pero no está preparado para una devoción absoluta? ¿Qué sucede cuando se tienen otros intereses y, aun así, se desea seguir el proceso del canto?
Satyaraja Dasa: No hay peligro alguno. Chaitanya Mahaprabhu ya ha dicho que no hay normas estrictas para cantar. De hecho, a menos se empiece, y al principio lo más probable es que se cantará cometiendo ofensas, ¿cómo llegar a alcanzar niveles cada vez más elevados de logros espirituales?
En resumen, debemos empezar. Sea cual sea el nivel en el que nos encontremos, no hay problema. Pero Chaitanya Mahaprabhu Se refiere al nivel más alto. Y, de hecho, si maduramos apropiadamente, veremos como perdemos gradualmente la atracción que sentíamos por el goce sensual, al tiempo que se desarrolla en nosotros la atracción hacia el placer espiritual, la atracción hacia el nombre divino, hacia los alimentos vegetarianos consagrados, hacia el arte espiritual, hacia la adoración a la Deidad, y el kirtana: cantos y bailes de inspiración divina.
Eso es lo que Chaitanya Mahaprabhu muestra en este verso: si en verdad crece en ti el interés por el santo nombre, de manera natural se desarrollará la inapetencia hacia el goce material. Su fiebre material se reduce. Es así como nos vamos dando cuenta del progreso. Del mismo modo que cuando nos sobreviene una enfermedad: si baja la fiebre, es que te estás curando. Krisna dice:
visaya vinivartante
niraharasya dehinah
rasa-varjam raso ‘py asya
param drstva nivartate
«Aunque un alma encarnada reprima los placeres de los goces sensoriales, la atracción no desaparece. Sin embargo, sí es posible abandonar cualquier placer inferior cuando se paladea otro superior» (Bhagavad-gita 2.59).
Y eso es lo importante. Cuando se entiende la necesidad de llevar una vida espiritual y la necesidad de restringir los excesos materiales, entonces es cuando comienza la practica de ciertas penitencias y austeridades. La gente se hace vegetariana. O ayunan ciertos días. Deciden rezar un número prescrito de nombres santos con la ayuda de un rosario, etc. Y esto lo deciden haciendo uso de su inteligencia superior, no porque se trate de algo que, necesariamente «les gusta». Se trata de una penitencia calculada. Se renuncia a ciertos placeres inmediatos a favor de otro placer a largo plazo más prometedor y sustancial. Ese es el principio de la vida espiritual.
Pero entonces sucede algo interesante. Param dristva nivartate: Se aprecia un gusto superior. Entonces, como afirma Chaitanya Mahaprabhu en este verso, ya no importa ni el dinero, la fama, el reconocimiento o el sexo opuesto. No. Gozar de esas cosas es como masticar lo masticado. Ya ha perdido su sabor. En vez de ello, los sentidos despiertan a la vida espiritual. Perciben nuevas dimensiones. Pueden abarcar la realidad de un modo más fundamental. ¡Por fin despiertos! ¡Vivos! ¡Vibrantes! Todo el mundo espiritual se abre, y ahora, quizá por vez primera, puede verse el mundo material en perspectiva. Eso es la conciencia de Krishna. Ese es el efecto inicial del santo nombre.
Pregunta: ¿Cuál es el efecto último del santo nombre?
Satyaraja Dasa: Desarrollar amor puro por Dios.
Esperanza para los caídos
Ahora estudiaremos el quinto verso:
ayi nanda tanuja kinkaram
patitam mam visame bhavambudhau
krpaya tava pada-pankaja-
sthita-dhuli-sadrsam vicintaya
«Oh, hijo de Maharaja Nanda [Krishna], soy Tu sirviente eterno, pero de uno u otro modo he caído en el océano del nacimiento y la muerte. Por favor, sálvame de este océano de muerte y colócame como uno de los átomos a Tus pies de loto».
Me gustaría empezar con una advertencia: Chaitanya Mahaprabhu es Krishna mismo, Dios. Pero para enseñar el camino más elevado del misticismo espiritual, el servicio devocional, adviene en la forma de Su propio devoto. Por consiguiente, en este verso, especialmente, Él habla como si se tratara de un alma condicionada ordinaria. Esta es Su misericordia especial. Él se compadece, demostrándonos que comprende y que nosotros todavía podemos alcanzar el destino supremo, a pesar de nuestra situación caída.
Pues bien, Krishna advino a finales de Dvapara-yuga, hace unos cinco mil años, y habló el Bhagavad-gita para iluminar a todos los seres vivientes. Sin embargo, mucha gente confundió Sus enseñanzas, y por ello regresó de nuevo en Kali-yuga, hace unos quinientos años, sólo para demostrarnos con Su propio ejemplo como es posible vivir según los principios del Gita. Chaitanya Mahaprabhu mostró la aplicación práctica de Sus propias enseñanzas.
Pero no se equivoquen: Si el maestro muestra al estudiante cómo practicar la Escritura, escribiendo él mismo, no hemos de deducir que lo está haciendo para aprender a su vez. Aunque Chaitanya Mahaprabhu, en este verso, hace el papel de un devoto confuso acerca de su lugar en este mundo, diciendo que se encuentra en un bhava-ambudhah, es decir «un océano de ignorancia», debemos entender que no hace otra cosa que demostrar cómo admitir nuestra propia situación caída. Está enseñando por medio de Su propio ejemplo. Eso está muy claro, pues las Escrituras y los avanzados maestros espirituales de toda la historia garantizan la divinidad absoluta de Chaitanya Mahaprabhu. No debe, pues, confundirnos Su aparente descenso al «océano de la ignorancia».
Es muy significativo que este verso empiece con las palabras ayi nanda-tanuja, pues al Señor siempre Le gusta ser recordado en relación con Sus devotos, y por ello Chaitanya Mahaprabhu nos muestra cómo hacerlo. Él llama a Krishna hijo de Maharaja Nanda. Cuando Sri Krishna descendió a la tierra hace cinco mil años, vino, como siempre, con Sus acompañantes, enseres y morada. Por lo tanto, el devoto Nanda siempre hace el papel de padre de Krishna. De este modo, Krishna saborea una relación con este devoto en particular. En último extremo, por supuesto, Krishna es eterno, por lo que los términos «padre» y «madre» pierden todo significado, al menos del modo en que entendemos estos conceptos en este mundo.
Pero tales relaciones existen porque hay un aspecto homólogo, original, en ese reino, en el reino espiritual. Esto se denomina teología rasa, y la desarrolla nuestro vaishnavismo chaitanya. En pocas palabras, en la posición original, o constitucional, la posición espiritual, es posible relacionarse con Dios según una entre cinco relaciones primordiales. Por ejemplo, es posible tener una relación de neutralidad, una relación que se denomina santa-rasa; como sirviente o dasya-rasa; como amigo o sakhya-rasa; como padre o vatsalya-rasa; o como amante trascendental o madhurya-rasa. La teología rasa es un principio muy importante de las enseñanzas de Chaitanya Mahaprabhu, y los textos de los Gosvamis se ocupan ampliamente de ello.
Humildad ejemplar
En este quinto verso del Siksastaka, Chaitanya Mahaprabhu se dirige a Krishna relacionándolo con Su gran devoto Nanda Maharaja, que tiene una relación de vatsalya-rasa, paternidad, y esta forma de dirigirse al Señor Le procura gran placer. Pero, ¿qué es lo que Chaitanya Mahaprabhu Le dice a Krishna, al hijo divino de Nanda Maharaja? Le dice:
―Soy, eternamente, Tu infortunado siervo.
Sí. Somos en verdad los siervos eternos de Krishna. Somos parte de Dios. Y Chaitanya Mahaprabhu llega a la conclusión lógica:
―Como originariamente soy siervo de Sri Krisna, debo regresar a Su servicio. Esa es mi posición natural, mi posición constitucional.
Y he de regresar a dicho servicio con humildad. Chaitanya Mahaprabhu dice, kripaya tava pada-pañkaja-sthita-dhuli-sadrisam vichintaya: «Por favor, Sé misericordioso conmigo y permite que sea una de las motas de polvo que hay a Tus pies de loto». Ese es el talante. No hay que pensar: «Está bien. Seré Tu siervo, pero sólo si puedo ostentar una posición de importancia entre Tus devotos, sólo si tengo un cargo destacado». No. Chaitanya Mahaprabhu enseñó cual debe ser el modo adecuado, gopi-bhartuh pada-kamalayor dasa-dasanudasah: nosotros aspiramos a ser sirvientes de los sirvientes de los sirvientes de Krishna, el sustento de las gopis, las reverenciadas doncellas pastoras. Nosotros somos sirvientes indirectos, apartados de Su servicio. Cuanto más apartados, mejor. Es una posición de humildad. «Oh, los sirvientes de Krishna son tan grandes. No soy digno de ocupar su posición, ni siquiera del polvo que levantan sus pies». Chaitanya Mahaprabhu nos enseña a aproximarnos a Dios con esta humildad: dhuli-sadrisam, como una partícula de polvo.
Muchos devotos famosos de los anales de la historia vaishnava oraron así. Por ejemplo, el Señor Brahma, el primer ser creado y fundador de la estirpe de Chaitanya Mahaprabhu, pidió nacer bajo cualquier forma —una piedra, una hoja— en el bosque de Vrindavana. ¿Por qué? Para que los grandes devotos de Krishna que moran siempre en Vrindavana pudieran casualmente pisarle y, así, obtener el polvo de Sus pies. Podemos leer la plegaria de Brahma en el Canto Décimo del Srimad-Bhagavatam.
También Uddhava ansiaba esa bendición. Él era el más importante de los Yadavas, parientes de Krishna, y aun así sabía que el amor de las gopis era superior al que él sentía. Por esa razón ansiaba colocar sobre su cabeza el polvo de sus pies. Pero era demasiado humilde para pedírselo. Por eso rogó nacer como una hierba en los campos de Vrindavana. Pensaba que así las gopis quizá bailaran sobre su cabeza y podría recibir la misericordia de Krishna.
Debemos ser consciente de que, seamos un átomo de polvo a los pies de Sri Krishna, como Chaitanya Mahaprabhu solicita, o un átomo de polvo a los pies del devoto puro de Krishna, no hay en ello diferencia alguna. Lo que los devotos ansían es esa humildad, pues alcanzar ese grado de humildad, significa obtener la misericordia del Señor.
Brahma recibió la bendición de nacer como Haridasa Thakura, uno de los más íntimos acompañantes de Chaitanya Mahaprabhu y gran maestro del santo nombre. Y Uddhava nació como Paramananda Puri, uno de los compañeros del maestro espiritual de Chaitanya Mahaprabhu. Por lo tanto, ambos recibieron la bendición más elevada: Consiguieron participar en los pasatiempos del Señor Chaitanya Mahaprabhu.
Fuente: Back To Godhead © 2002