A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada

¿Es la inmortalidad una posibilidad real o nada más que una necia utopía?

nasato vidayate bhavo
nabhavo vidyate satah
ubhayor api drsto ‘ntas
tv anayos tattva-darsibhih

«Los videntes de la verdad han concluido que, de lo no existente (el cuerpo material) no hay permanencia, y de lo eterno (el alma) no hay cambio. Esto lo han concluido del estudio de la naturaleza de ambos».

Bhagavad-gita 2.16

Existen dos cosas: sat y asat. Sat se refiere a todo lo que existe eternamente, y asat se refiere a lo que es temporal, que aparece y desaparece. Una cita védica afirma, «No te enredes en lo temporal; procura alcanzar el ideal de la eternidad».

En el verso anterior, el Señor Krishna dice:

yam hi na vyathayanty ete
purusam purusarsabha
sama-duhkha-sukham dhiram
so ‘mrtatvaya kalpate

«Las personas que no se perturban debido a los cambios materiales, sin duda merecen la liberación». Nuestra misión, la misión humana, consiste en alcanzar el ideal de la inmortalidad. En la civilización moderna, los pseudo científicos y filósofos no son capaces tan siquiera de imaginar la posibilidad de volverse inmortales. Así que, ¿por qué se refiere Krishna a la inmortalidad? ¿Se trata de una referencia a algo utópico? No; Él está refiriéndose a algo real. De lo contrario, si Krishna se refiriera a algo sin sentido o utópico, nadie se sentiría interesado en leer el Bhagavad-gita.

Podríamos alegar que nosotros somos tan necios que accedemos a leer el Bhagavad-gita aun en el caso de que Krishna se refiera a utopías sin sentido. Pero ¿por qué razón grandes maestros espirituales del pasado, como Ramanujacharya y Madhvacharya —los más importantes maestros espirituales de la India—-, iban a prestar atención a la lectura del Bhagavad-gita? Porque Krishna no dice ninguna tontería. Eso es cierto.

Si te relacionas con lo eterno, progresas en la vida espiritual. Y si te relacionas con lo temporal, te degradas. Nuestro esfuerzo debe dirigirse a ocuparse en el ideal eterno y no en lo temporal. La verdadera civilización humana debe fundamentarse en volverse inmortales. Ésa es la diferencia entre la India y los demás países. Ahora bien, no me refiero a la India actual, sino a la antigua India guiada por grandes maestros espirituales como Vyasadeva, el maestro espiritual original. Vyasadeva era un gran sabio muy erudito. Escribió muchos libros: los cuatro Vedas, dieciocho Puranas, Vedanta-sutra, Upanisads. Fue la guía de toda la sociedad y, sin embargo, él vivía muy humildemente. Incluso Chanakya Pandita, que fuera primer ministro, vivió en una cabaña. Esa es la diferencia entre la civilización india o védica y la civilización moderna. La civilización india centra su interés en lo eterno, mientras que las demás centran su interés en lo temporal.

Interior de una estancia del Fuerto Rojo, Delhi (India).

Antiguamente, desde luego, la India era también muy rica materialmente hablando. Hace cuatrocientos años la India era tan rica que los europeos se sintieron atraídos hacia ella. Incluso durante el predominio del imperio mogol, la India era muy rica. En Delhi pueden visitar el Fuerte Rojo. En las paredes verán dibujos, de pájaros y árboles, que originalmente estaban cubiertos de gemas. En la actualidad las joyas han sido sustituidas por agujeros. Riqueza material significa joyas, oro, seda, mantequilla; no vasijas de plástico, cubos de plástico, ropa de plástico. Esas cosas no tienen un valor real.

El objetivo de la civilización espiritual

Así que la población de la India puso desde siempre mayor énfasis en la civilización espiritual, eterna; su objetivo consistía en perfeccionar esta vida y volverse inmortales. Todos los esfuerzos estaban dirigidos a conquistar el nacimiento y la muerte. La población actual no comprende la necesidad de conquistar el nacimiento y la muerte. Tan sólo piensan, «Gracias al progreso científico, llegará un día en que seremos inmortales». Pero ahí está la información que procede del Bhagavad-gita, Krishna afirma que sí podemos volvernos inmortales; no se está refiriendo a algo sin sentido y utópico.

Hemos de interesarnos por la vida eterna, no por la temporal. Esta vida, esta vida material, es temporal. Puede que vivamos diez años o diez horas más. Hay entidades vivientes que viven diez minutos, y otras que viven durante diez millones o diez mil millones de años. Según el Bhagavad-gita, los habitantes de Brahmaloka, el planeta más avanzado, viven miles de millones de años. Esas largas vidas son posibles dentro de este mundo material, sin embargo, no es posible la vida eterna. Ya sea que vivamos diez mil millones de años, diez minutos o diez segundos, la vida es temporal.

Eso es lo que se explica en este verso. Nasato vidyate bhavah. El cuerpo material no dura; no existirá permanentemente. Nabhavo vidyate satah: el alma es permanente. El alma nunca cambia; nunca dejará de existir.

Cuando Krishna dice, «Mi querido Arjuna, tú, Yo, y todos los reyes y soldados reunidos en este lugar, no es que no existiéramos en el pasado, lo que pasa es que no somos estos cuerpos». Este cuerpo no existía en mi vida pasada. Lo que ocurre es que debido a que soy el alma, existo ahora, he existido en el pasado y continuaré existiendo en el futuro. Eso es sat. En consecuencia, el espíritu no sufre cambios.

El enredo

En ocasiones vemos que un carrete de hilo se enreda y resulta muy difícil encontrar el cabo. De modo similar, debido a nuestro apego al cuerpo material, nos enredamos en la vida material. En este encuentro no vamos a hablar de cosas materiales. Aquí hablamos solamente del alma espiritual, de Krishna, de nuestra relación con Krishna, cómo satisfacer a Krishna.

Antiguamente este lugar recibía el nombre de Piggot’s Manor. Ahora lo hemos bautizado Bhaktivedanta Manor. ¿Cual es la diferencia? Antiguamente, estaba dedicado a la satisfacción de los sentidos. Ahora sirve para elevar al individuo al ideal espiritual. Todo puede cambiarse de modo que sirva para sat-sanga, comunidad espiritual. Si te relacionas con lo eterno, progresas en la vida espiritual. Si buscan la compañía de lo temporal, se degradarán. No se enreden. Procuren liberarse del enredo. Esa es la misión de la vida.

Todas estas cosas no pueden ser comprendidas mientras nos encontremos en la oscuridad. La oscuridad se refiere a la vida pecaminosa. Cuanto más nos dediquemos a la vida pecaminosa, más difícil nos resultará comprender qué es lo eterno y qué lo temporal. Así que hemos de purificarnos. Toda la vida humana tiene como propósito la purificación, del mismo modo que la persona enferma debe purificarse de la contaminación. En la existencia material nos encontramos impuros, contaminados por las tres modalidades de la naturaleza material: bondad, pasión e ignorancia.

Todos estamos sujetos a la influencia de las tres modalidades de la naturaleza material.

Incluso la cualidad de la bondad es contaminante. Por ejemplo, se considera que un brahmana, o persona erudita, culta, se encuentra en la modalidad de la bondad. Pero, si piensa: «Ahora poseo las cualidades brahmínicas. Soy culto, muy limpio, muy controlado, sé distinguir las cosas» y no procura buscar la inmortalidad, permanecerá enredado. Si no procura avanzar, llegar a ser inmortal, todavía estará enredado.

Los que se encuentran en la modalidad de la pasión piensan: «Soy tan rico, tan poderoso. Tengo una hermosa esposa y una buena familia y muchos negocios prósperos». Ese es el concepto que tienen de la vida los que se encuentran dominados por la modalidad de la pasión. Esas personas están firmemente enredadas.

Y los que se encuentran bajo la modalidad de la ignorancia no saben cual es el valor de la vida. Perezosos, sucios e ignorantes, se encuentran consistentemente enredados. Cuanto más se iluminen sobre el valor de la vida, más se liberarán. Cuanto más se liberen, más progresarán en el conocimiento espiritual. En consecuencia, estos encuentros que celebramos cada día tienen como objetivo el progreso en la vida espiritual. Aquí no presentamos ningún programa para hacerse ricos, para poseer más coches, cómo lograr una cuenta corriente más abultada o cómo conseguir hermosos vestidos. Esas son cosas materiales.

Y no estamos interesados en aumentar la influencia de la modalidad de la ignorancia, cómo dormir treinta y cuatro horas al día, si el día sólo tiene veinticuatro. Vemos como algunas personas duermen hasta las dos de la tarde. Si nos levantamos a las dos de la mañana está bien. Pero las personas están acostumbrándose a levantarse a las dos de la tarde, porque piensan, «Cuanto más duermo, más disfruto de la vida».

En consecuencia, son como los sunyavadis, filósofos que creen que la verdad última es el vacío. Hay personas que quieren reducirse a cero, durmiendo constantemente. Pero eso no es vida. La filosofía sunyavada no tiene nada que ver con la vida. La vida es actividad. Chaitanya Mahaprabhu dice, «No te conviertas en un cero, canta siempre el maha-mantra Hare Krishna». Ese es el movimiento de Chaitanya Mahaprabhu. No deseamos convertirnos en ceros. Queremos ser muy activos, no en pos de la satisfacción de los sentidos, sino en pos del servicio a Krishna.

Elevación o degradación

¿Y qué es el servicio a Krishna? Eso es lo que estamos enseñando: cómo adorar a Krishna.

sravanam kirtanam visnoh
smaranam pada-sevanam
arcanam vandanam dasyam
sakhyam atma-nivedanam

Esos son los nueve tipos de servicio a Krishna: Escuchar acerca de Él, cantar Sus glorias, recordarle, servir Sus pies similares al loto, adorarle, ofrecerle oraciones, convertirnos en Sus sirvientes y entregárselo todo. Estos servicios son todos eternos, espirituales. Cuanto más los llevemos a cabo, más progresaremos, y cuanto más nos ocupemos en las actividades destinadas a la satisfacción de los sentidos, más nos degradaremos.

Las Escrituras dicen que, si llevan a cabo sus trabajos cumpliendo sus deberes de forma perfecta, pero sin conciencia de Krishna, no están haciendo otra cosa que perder el tiempo y trabajar duro. Eso es todo. Por lo tanto, Krishna explica la diferencia entre lo eterno y lo temporal. No hemos de interesarnos demasiado en lo temporal, sino nuestras vidas se desperdiciarán. Hemos de interesarnos en lo eterno. Eso hará que nuestras vidas sean un éxito.

Desafortunadamente la gente de hoy en día no sabe, ni tan siquiera es capaz de imaginar, que existe una posibilidad de volverse inmortales. Y es más que una posibilidad: se trata de un hecho. Y el canto del nombre de Krishna es tan importante al respecto. En las Escrituras se afirma, kirtanad eva Krishnasya mukta-sangah param vrajet: «Por medio del canto del nombre de Krishna llegamos al Supremo».

Param significa «espiritual». Hay dos tipos de energía: para y apara. El mundo material es apara, energía inferior. Además de esa naturaleza existe otra que es para, espiritual. Hemos de interesarnos en la espiritual, no en la material. ¿Por qué? Porque la vida real es espiritual.

En el verso de hoy se dice que la diferencia entre lo espiritual y lo material la estudian aquellos que han comprendido la verdad, los tattva-darsibhih. El término tattva es muy importante. Tattva significa «verdad». En el Srimad-Bhagavatam leemos:

vadanti tat tattva-vidas
tattvad-yaj-jnanam advayam
brahmeti paramatmeti
bhagavan iti sabdyate

«Los trascendentalistas eruditos que conocen la Verdad Absoluta denominan esta sustancia no dual Brahman, Paramatma o Bhagavan». Bhagavan es lo definitivo en relación con tattva, la Verdad Suprema. Por lo tanto, cuando el Señor Krishna habla en el Bhagavad-gita, Vyasadeva escribe, Sri bhagavan uvaca: «La Suprema Personalidad de Dios dice». Vyasadeva está diciendo, «Aunque soy yo el que escribe este texto, no soy yo el orador. El orador es la Suprema Personalidad de Dios. La autoridad es la Suprema Personalidad de Dios, no yo».

Los pseudo filósofos, científicos y estudiosos modernos dicen, «Yo creo. Yo pienso». Pero ¿qué valor tienen sus opiniones? Las grandes personalidades no hablan así. Incluso Krishna dice, tattva-darsibhih: «Grandes autoridades han llegado a la conclusión». Ese es el modo de alcanzar la inteligencia. En esta era moderna en ocasiones hacemos referencia afirmando que éste u otro profesor dicen tal o cual. Pero esas «autoridades» no son tattva-darsibhih, buscadores de la verdad. Se trata de especuladores.

Hemos de aproximarnos a los buscadores de la verdad. El Señor Krishna dice:

tad viddhi pranipatena
pariprasnena sevaya
upadeksyanti te jnanam
jnaninas tattva-darsinah

«Tan sólo trata de aprender la verdad acercándote a un maestro espiritual. Hazle preguntas de manera sumisa y ríndele servicio. Las almas autorrealizadas pueden impartirte conocimiento porque han visto la verdad». Deben comprender este término: tattva-darsinah, buscadores de la verdad. Sus palabras están plenamente autorizadas; las de los demás no. Los demás lo único que hacen es especular.

La especulación se produce en el nivel mental; carece de valor. Del mismo modo que este cuerpo no es eterno, las mentes también oscilan, aceptan unas cosas y rechazan otras. Ésa es la tarea de la mente. Por ello la mente no puede ser tattva-darsi. Por supuesto que hemos de utilizar la mente para pensar, pero bajo la guía de una autoridad. Entonces alcanzaremos la verdadera tattva, verdad. Y Bhagavan, el Señor Krishna, es lo último en lo referente a tattva.

Muchas gracias. Hare Krishna.

 

Back To Godhead  © 1999

 

 

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